Como en otras ocasiones, este post es un homenaje a un personaje poco conocido.
Este caso se lo vamos a dedicar a Pedro
Domingo de Ribera, un arquitecto barroco del que no hay mucha bibliografía;
su obra en Madrid es bastante amplia pero no demasiado conocida. Debido a la extensión del tema le dedicaremos dos Capítulos. Para la preparación del mismo
hemos trabajado, sobre todo, el libro de Matilde
Verdú Ruiz, El arquitecto Pedro de Ribera
(1681-1742,) que fue su tesis doctoral. Al lector que quiera
profundizar en el conocimiento de Ribera se lo recomiendo.
Capítulo I
En este Capítulo trataremos sobre los primeros
planteamientos de la época, su nacimiento, biografía, formación, primeros
trabajos y de sus obras relacionadas con la arquitectura religiosa.
El Momento Histórico
Conviene que nos situemos en la época que vivió Pedro de Ribera (1681-1742). Vivió casi 20 años de sus 61, durante
reinado de Carlos II, el último de los Austrias. Asimismo, vivió durante 42
años del reinado de Felipe V (1700-1746), el primer Borbón.
El reinado
de Felipe IV, padre de Carlos II, supuso una etapa de continuas guerras,
tanto en el exterior como en el interior y se produjeron unas consecuencias
fatales para el país. La situación
económica del país era bastante catastrófica,
debido a una gran cantidad de factores: excesivos gastos de la Corte, escaso
capital privado, descenso demográfico, aumento del clero y de las clases
privilegiadas, etc. Esta situación se prolonga durante el reinado de su
sucesor, Carlos II.
La sucesión
supone un cambio de dinastía, los
Borbones, sube al trono Felipe V,
nieto de Luis XIV. Esta nueva dinastía hace que el siglo XVIII, sea un siglo
reformista y con la intención de reparar la decadencia anterior.
El Madrid de la Época
Durante los últimos
Austrias se construyeron una serie de edificios
notables en la ciudad de Madrid; entre ellos destaca la Plaza Mayor, el Edificio del Ayuntamiento (Plaza de la Villa) y la antigua Cárcel de Corte (Palacio de Santa
Cruz), actual Ministerio de Asuntos Exteriores, cuyos proyectos se deben a Juan Gómez de Mora.
Figura 1. Palacio de Santa Cruz
Asimismo, se construyeron bastantes conventos,
entre ellos tenemos: las Trinitarias, las “Góngoras”, las “Alarconas”, las
Comendadoras de Santiago (arquitectos: Manuel y José del Olmo, Francisco
Moradillo y Sabatini).
Figura 2. Convento de las Comendadoras
Al final del reinado de Felipe V, la ciudad de Madrid estaba muy lejos, si se compara con otras capitales europeas pero el panorama, con respecto a la anterior
dinastía, había cambiado sensiblemente. Estos cambios no sólo afectaron a lo político y social sino también en lo estético,
arquitectónico y urbanístico.
La Corte de los Borbones se dio cuenta de lo
inapropiado de Madrid como capital de la citada dinastía, ya que la Villa y Corte carecía de la suntuosidad que los mencionados reyes
buscaban para la grandeza de su Corte.
Pedro de Ribera: Nacimiento y Formación
A Pedro de Ribera le podemos considerar un
“castizo” ya que toda su vida ha vivido en el barrio de Lavapiés. Nace en la calle del Oso y vive en una casa que
él mismo construyó, al principio, de la calle
de Embajadores (Figura 3); en su fachada hay una placa conmemorativa.
Figura 3. Edificio en la calle de Embajadores
Murió en una casa, al lado, de la calle del Oso y
fue enterrado en la iglesia de San Cayetano (Figura 4) en
la que él mismo había intervenido y a la cual estaba muy vinculada, por
diversas razones, como ya veremos más
adelante.
Figura 4. Iglesia de San Cayetano
Se puede considerar que su formación es autodidacta. No existía ninguna institución académica,
donde se pudiera adquirir formación en el campo de la arquitectura ya que hasta
1744 no se funda la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando; el propio
Ribera abogaba por su creación para la formación de los arquitectos. En esta
materia la organización era gremial,
por lo tanto, los que sentían inclinación e interés por ello debían esforzarse
y trabajar duramente.
Fue discípulo
de los arquitectos más relevantes
de la época: Felipe Sánchez, José de Churriguera y Teodoro Ardemans que era Maestro Mayor de las Obras y Fuentes de
Madrid, sucediéndole en este cargo hasta su muerte. Estos arquitectos y,
sobre todo, Ardemans tenían una gran biblioteca, le debieron prestar libros y
documentos para ayudar en su aprendizaje. Asimismo, haría uso de la Biblioteca Real, abierta al público en
1712.
Su Biografía
Ya hemos visto que la vida de Pedro Domingo de Ribera transcurre en Madrid. Nace el 4 de agosto de 1681, en la citada calle del Oso. Sus padres eran
Juan Félix de Ribera y Josefa Pérez, tuvieron cinco hijos: dos hombres y tres
mujeres.
Pedro Domingo se casó tres veces, la primera a los veinte
años con Juana Verdugo (1702). Ésta falleció en 1709 y a los dos años después
de enviudar se casó de nuevo con Juana
Úrsula Voiturier (1711). Durante los años que duraron estos dos matrimonios,
pasó estrecheces económicas. Tuvo varios hijos: uno del primer matrimonio y
otros dos del segundo; estos tres ingresaron como frailes en San Cayetano.
Además, tuvo dos hijas que no superaron la infancia. Su segunda mujer murió en
1724 (9 de junio) y el 28 de diciembre del mismo año se casó con Francisca Vallejo, de este matrimonio
tuvo cuatro hijos.
Ribera murió en octubre de
1742, a la edad de 61 años. Fue enterrado
en una de las capillas de San Cayetano,
iglesia situada en la calle que nació y vivió toda su vida.
Primeros Trabajos
Los primeros pasos en el campo de la arquitectura,
los debió aprender de su padre, Juan Félix, que era “maestro puertaventanero”,
“maestro ensambalador” y “maestro arquitecto”. En 1696, cuando Pedro tenía 15
años su padre presentó un dibujo para la custodia de la iglesia de la
Enfermería de la Venerable Orden Tercera de Madrid (VOT); este hecho le debió
influir. Además la familia Ribera
participó, dirigida por Ardemans (1711) en el túmulo promocionado por Felipe V en honor de su padre, el Gran Delfín de Francia y en la renovación de los
ornamentos de madera del Gran Salón del Alcázar madrileño.
Sabemos que en 1714 ejercía el cargo de alarife
(arquitecto o maestro de obras) del Ayuntamiento de Madrid; Ribera tenía 34
años. Sus funciones eran las siguientes:
control del cumplimiento de las normas municipales relacionadas con el ornato,
decoro y policía urbana, asistir y controlar la extinción de incendios y
declaración de las obras municipales de poca entidad. Unos años después, con 45
años, consiguió el mayor cargo municipal Maestro Mayor de Obras y Fuentes de la Villa
y de sus Viajes de Agua.
Ribera con José de Churriguera y Teodoro Ardemans;
son los arquitectos que forman el grupo denominado el Barroco Castizo. Este término se utilizó, durante mucho tiempo, de
forma peyorativa; hace referencia a la arquitectura barroca realizada por estos
arquitectos cuando ya estaba llegando una corriente
clasicista, que venía de Italia y Francia.
Cuando Ribera consigue el título de Alarife
de la Villa que le permite
cobrar un sueldo fijo y desarrollar
la profesión de arquitecto, el rey
Felipe V apoya una renovación de la arquitectura madrileña, sienta las
bases para una modernización de la ciudad de Madrid. A partir de este hecho se realizan las obras de mayor interés, apoyado por el Corregidor de la Villa, Francisco de
Salcedo y Aguirre, el marqués de Vadillo; este nombramiento se le había
concedido el mismo rey. Entre el marqués
y Ribera surgió una buena amistad
hasta la muerte del primero (1729). Éste le encomendó obras arquitectónicas y urbanísticas que, como veremos
más adelante, fueron trascendentales para Madrid, encaminadas para su mejora y
embellecimiento.
Arquitectura Religiosa
Vamos a tratar las obras de su arquitectura religiosa, la mayoría las
ejecutó en Madrid.
Aunque realizó algunas obras en otros puntos de
la geografía española: “Entibación de la torre de la Catedral Nueva de
Salamanca”, “Fachada conventual de San Antonio de Ávila” y la “Portada del
claustro del Monasterio de Uclés” en Cuenca.
Una de las obras más interesantes de Ribera es la
Ermita de la Virgen del Puerto
(1716-18), en el Paseo del mismo
nombre. Fue un encargo, realizado directamente, por el marqués de Vadillo que tenía mucha devoción a una imagen de la
Virgen, en Plasencia, que tenía el mismo nombre. Además de la Ermita se realiza
el Paseo que, vino a ocupar la zona denominada “la Tela” y el parque del
Antiguo Alcázar, con los aires renovadores de los Borbones. Transformó la zona en un bonito Paseo entre el Puente Segovia y el Camino del Pardo. En la Ermita
introdujo un lenguaje arquitectónico novedoso que la convierte en un caso
único. Llama la atención la portada del edificio a base de baquetones de
sección asimétrica que la enmarcan. El módulo de fachada formado por una
balconada superior y la puerta, Ribera lo repite frecuentemente. Sacó partido a
la cúpula y utilizó como remate un chapitel herreriano. En la Figura adjunta se
puede ver una imagen desfigurada de la ermita por los elementos añadidos.
Figura 5. Imagen antigua de la Ermita
La Ermita presenta, actualmente, un aspecto muy
interesante; es un elemento aislado y
muy bien tratado. Se puede
contemplar todo su volumen, es el resultado de la obra que se ha llevado por el
“Madrid Río”; anteriormente era un edificio casi invisible por la vegetación y
no se podía contemplar su imagen.
Figura 6. Vista de la Ermita de la Virgen del Puerto
En 1646 llegó a Madrid un grupo de monjes
benedictinos del Monasterio de
Montserrat (Barcelona) que se habían mantenido leales al rey. Se les
permitió instalarse en Madrid y las trazas del nuevo convento y de la iglesia de Nuestra Señora de Montserrat (1720)
las realiza el maestro mayor de Obras Reales Sebastián Herrera Barnuevo.
La aportación más importante de Ribera se refiere
a las torres. La primera torre que se empezó a construir es la que no se llegó
a terminar, no sabemos las razones, y
era la que miraba a la Puerta de Fuencarral. Sin embargo, fue la otra torre de
campanas la que se construyó con sillería de las canteras de Guadarrama. La
mencionada torre es una novedad en
el arte español; su chapitel en forma de
bulbo afianzó en España un esquema de origen nórdico, muy extendido en el
barroco europeo.
Figura 7. Torre de la iglesia de Montserrat
La silueta
de la torre es una de las composiciones más exóticas y atrevidas de la
ciudad. Recordemos lo que decía Chueca Goitia de la citada torre: la primera invención de todo el barroco
madrileño.
Por mediación de Felipe II, los carmelitas
descalzos obtuvieron licencia para fundar un convento en 1586. A mediados del
siglo XVII el recinto conventual ocupaba una enorme una zona limitada por las
calles de Alcalá, Barquillo y Marqués de Valdeiglesias. En 1730 el convento y la iglesia de San Hermenegildo fueron edificados por
Pedro Ribera. De todo este conjunto lo
único que queda es la actual iglesia de
San José.
Es una iglesia barroca, sobre planta de cruz
latina con una nave central y dos laterales. El escultor Roberto Michel realizó
la imagen del Nuestra Señora del Carmen que se encuentra en el nicho central. Pedro
de Ribera diseñó la fachada barroca.
En 1912, la fachada fue remodelada, alargándose la misma a ambos lados para
adaptarse al edificio colindante.
Figura 8. Fachada de la iglesia de San José
Las Escuelas Pías de San Antón se fundan a finales del
siglo XVIII en la calle de Hortaleza, de la Orden de los Escolapios. Lo más significativo
era la iglesia, anexa al hospital,
realizado por Pedro de Ribera en
1740. El hospital fue objeto de una reforma llamada a cabo por el arquitecto
Francisco de Rivas para ello se despojó de la típica decoración de Ribera.
La actual iglesia
de San Cayetano tiene su origen en la desaparecida iglesia del Convento de Nuestra Señora del Favor.
La iglesia empieza a construirse en el año 1669
por el arquitecto Marcos López. Las obras son continuadas por Churriguera y Pedro de Ribera. El
templo no se terminó hasta 1761, a
cargo del arquitecto Francisco
Moradillo. La fachada fue construida en granito, a base de ocho robustas pilastras rematadas con
capiteles de orden compuesto. Las pilastras
de los dos extremos encuadran las dos
torres, inacabadas, y entre las
cuatro del centro se disponen tres arcos
de acceso de medio punto. Sobre estos se colocaron en hornacinas las esculturas de San
Cayetano, de Nuestra Señora del
Favor y de San Andrés Avelino,
realizadas en piedra por Pedro Alonso de los Ríos. La planta es de cruz griega,
constando de tres naves y cuatro
capillas cerradas con sus correspondientes cúpulas, más una gran cúpula central
de tambor sobre pechinas.
Figura 9. Imágenes en la parte superior de la iglesia de San Cayetano
En 1869 se produce el traslado de la derribada
parroquia de “San Millán Abad”, situada en la Plaza de la Cebada, de esta
manera se funda la iglesia parroquial de
San Millán y San Cayetano. En 1836 y, debido a la Desamortización de
Mendizábal, el Convento se convierte en viviendas quedando la iglesia destinada
a servicios religiosos.
El 19 de julio de 1936, cuando la sublevación de Madrid, se incendió la iglesia con latas de
gasolina, sólo quedó la fachada,
gracias a los trabajos de mantenimiento del
arquitecto Fernando Chueca Goitia
y de otros compañeros que se dedicaron a hacer este tipo de trabajos. El
interior perdió la totalidad de las obras de arte, incluyendo el retablo mayor;
actualmente lo que se puede ver son copias de cuadros del Museo del Prado.
En 1960 una Comisión
de eclesiásticos y laicos que, entre otros, estaba la duquesa de Alba, aprueba
la reconstrucción del templo,
reabierto al culto el 6 de agosto de 1962. En 1980 el templo se declara Bien de Interés Cultural con la
categoría de Monumento Histórico Artístico Nacional.
Aunque Ribera
no participó mucho en la edificación
de San Cayetano, sin embargo, considero que estaba muy vinculada a la misma. Está situada enfrente de las casas
que fueron de su propiedad y en las cuales, él vivió mucho tiempo. Además,
Ribera fue enterrado en una de las capillas señalado con una sencilla lápida y
tres de sus hijos tomaron el hábito de San Cayetano.
Fuentes de
Información:
Verdú Ruiz, Matilde, El arquitecto Pedro de Ribera (1681-1742). Instituto de Estudios
Madrileños. Madrid, 1998.
Historia de la Arquitectura Española. Tomo 4. Arquitectura
barroca de los siglos XVII de los Borbones y neoclásica. (Págs. 1375-1378)
(Leído el 09/08/2014)
(Leído el 09/08/2014)
(Leído
el 09/08/2014)
Fuente de información de las imágenes
Figura 1, 2, 3, 4, 6, 7, 8, 9: Fotografias del
Autor .
Figura 5: Laguna, José María.
1718. Fotohis
Índice de Figuras
Figura 1. Palacio de Santa Cruz
Figura 2. Convento de las
Comendadoras
Figura 3. Edificio en la calle de
Embajadores
Figura 4. Iglesia de San Cayetano
Figura 5. Imagen antigua de la
ermita
Figura 6. Vista de la ermita de
la Virgen del Puerto
Figura 7. Torre de la iglesia de
Monserrat
Figura 8. Fachada de la iglesia
de San José
Figura 9. Imágenes en la parte
superior de la iglesia de San Cayetano
No hay comentarios:
Publicar un comentario