lunes, 2 de diciembre de 2013

Las Casas de Cordero

No todo el mundo que vive en Madrid conoce que “las Casas de Cordero” corresponden al edificio de la calle Mayor nº1, que ocupa toda la manzana, dando a las siguientes calles: Esparteros 3 y 5; Marqués Viudo de Pontejos, 2; Plaza de Pontejos, 2 y del Correo, 2. Se adjunta una vista general de todo el edificio.

Las Casas del Cordero 1

Figura 1. Vista general de la calle Mayor, 1


Su nombre se debe a su promotor, Santiago Alonso Cordero, y se construyó, entre 1842 y 1846, por el arquitecto Juan José Sánchez Pescador. Se le considera como el primer gran edificio de viviendas que tuvo la ciudad. En éste se aprecia una distribución de viviendas ajustada a los distintos estratos sociales y económicos de la época. Consta de cuatro alturas y se localizaban las más lujosas en la parte central de la edificación.

En 1977 se incoa el expediente de BIC.

¿Quién era el citado Santiago Alonso de Cordero?

Era una persona curiosa y que por distintas circunstancias se hizo rico y llegó a tener un cierto poder, incluso en política. Procedía de Astorga y, normalmente, iba vestido de maragato, incluso cuando asistía a las sesiones del Parlamento.

Las Casas del Cordero 2

Figura 2. Retrato de Santiago Alonso.

Se cuenta que una Navidad jugó a la Lotería Nacional;  apostando a diferentes  combinaciones, simultáneamente, y los premios que eran exorbitantes los ganó. La cantidad de dinero que tenía que pagar Hacienda era tan grande que las arcas públicas, en esta época de Isabel II, no pudieron hacerlo. Debido a esta situación, el Estado llegó a un acuerdo con  él, de modo que le cedió un amplio terreno en las proximidades de la Puerta del Sol que era una de las zonas más costosas de la ciudad. En dicho terreno era donde estaba situado el Convento de San Felipe el Real. 

Por supuesto, Cordero aceptó la oferta y construyó un gran complejo de 100 apartamentos, en toda la manzana, dividida en seis edificios;      tenía siete patios interiores que daban luz y ventilación a los espacios interiores. Había varias “suites”, lo que demuestre el lujo para la época. Esta edificación, tan singular,  debió ser una revolución para lo que, habitualmente, se construía en el Madrid del XIX.

Diez años después, cuando se reconstruyó la Puerta del Sol, entre 1852 y 1862, el arquitecto Lucio del Valle unificó el conjunto de las edificaciones de la Plaza, tomando como modelo las “Casas de Cordero”.

Su buena situación económica y su amistad con Mendizábal,  aunque esto no se ha podido demostrar,   le debió reportar algunas ventajas, incluso, se le abrieron las puertas del Congreso.

Hoy en día, el edificio está muy transformado; está casi todo ocupado por hostales y en la planta baja hay varios locales comerciales: sucursales bancarias, cafeterías, perfumerías, etc. destacando la casa de juegos, “Sol Park”. Dicho local, hace muchos años, estuvo ocupado por uno de los primeros autoservicios que se instalaron en Madrid, llamado “Tobogán” que se puso de moda y era muy frecuentado por los madrileños.

En el citado salón de juegos, en su espacio central,  se pueden contemplar algunos arcos de piedra que corresponden a uno de los patios primitivos. Asimismo, hacia la derecha, se puede observar una escalera en la que se conservan los viejos pasamanos de hierro y varias vigas del siglo XIX.

Por último, nos queda hablar del escudo de armas de Cordero. Dicho escudo está situado, en la esquina de la calle de Mayor y Esparteros, el local está ocupado por un MacDonald`s; en el centro hay  una rueca y un oso a cada lado

Las Casas del Cordero 3

Figura 3. Escudo nobiliario de Cordero

Finalmente, hablaremos del Convento de San Felipe el Real, que fue el edificio, como ya hemos comentado, que se demolió en 1838 y que dejó libre el solar para construir las “Casas de Cordero”.

Dicho Convento se construyó en 15471, gracias al rey Felipe II que autorizó su construcción, por lo que se dedicó a San Felipe; eran monjes agustinos.

En la manzana que estaba construido: calle del Correo, Marqués Viudo de Pontejos, Esparteros y Mayor y con el fin de salvar el desnivel que había entre esta última calle y la primera, el Convento estaba sobre una gran lonja, conocida como “las gradas de San Felipe”. Nos podemos hacer una idea del gran tamaño del solar, estudiando el plano de la Figura 4.

Las Casas del Cordero 4

Figura 4. Planta del Convento

Las citadas gradas se convirtieron en el principal “mentidero de la Villa”. Debajo de la lonja estaban las que se conocían como “covachuelas” que eran una especie de tiendecillas o almacenes que estaban situados en los sótanos. Durante un tiempo la Bolsa de Comercio estuvo instalada en el citado Convento.

El mismo fue ocupado por los franceses, durante la Guerra de la Independencia, se utilizó como cuartel y la iglesia la empleó como caballerizas.

Las Casas del Cordero 5

Figura 5. Vista del Convento de San Felipe el Real

Hemos visto un caso más de un edificio, situado en el centro de la Villa, por todos reconocido pero del que su origen no es demasiado conocido. Sobre el mismo hay algunos datos sorprendentes y, sin duda, curiosos; nos referimos a la relación, un tanto oscura y nada transparente entre el ministro Mendizábal y Santiago Cordero, así como las causas de la demolición del gran Convento de San Felipe el Real.  

Fuentes de Información:
  • Ayuntamiento de Madrid. Área de Gobierno de las Artes. “Patrimonio Edificado de Madrid. Patrimonio Edificado. Casas del Cordero (Ref: 03293).
  • GEA, Mª ISABEL, El Madrid Desaparecido. Ediciones. Ediciones la Librería 2003.
  • MARCO Y PETER BESAS. El Madrid Oculto. Una Guía Práctica. Ediciones la Librería 2010.
  • La Memoria Selectiva 1835-1936. Cien años de Conservación Monumental en la Comunidad de Madrid. (Catalogo de la Exposición).


Fuente de información de las imágenes
  • Figura 1, 3.  Fotografías del autor
  • Figura 2. Museo Romántico. Cuadro de Esquivel. La Memoria Selectiva 1835-1936. Cien años de Conservación Monumental en la Comunidad de Madrid. (Catalogo de la Exposición). Página 32.
  • Figura 4. Plano de Texeira (1656)
  • Figura 5. La Memoria Selectiva 1835-1936. Cien años de Conservación Monumental en la Comunidad de Madrid. (Catalogo de la Exposición). Página 28.

jueves, 24 de octubre de 2013

El desaparecido Convento de la Trinidad Calzada

Es posible que al lector del blog no le suene el referido, Convento de la Trinidad, pero su emplazamiento, seguro, que lo conoces; estamos hablando de la manzana de la calle Atocha, plaza de Benavente, Doctor Cortezo. El antiguo teatro Calderón ocupa parte del primitivo solar del Convento. En la Figura adjunta se puede ver la parte superior del edificio, sus torres, remate del crucero y de la fachada entre el apretado caserío del Madrid de la época.

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Figura 1. Vista general de las cubiertas del Convento

Es de sobra conocido que a Madrid se la podía considerar una “ciudad conventual”, como lo demuestra que en menos de 100 años, desde el reinado de Felipe II hasta el de Felipe IV se fundaron 48 establecimientos monásticos, entre monasterios, fuera de las murallas, y conventos, dentro de las mismas; tanto masculinos como femeninos.

Muchos de ellos se demolieron en la primera mitad del siglo XIX, entre las reformas urbanas de José Bonaparte y la Desamortización de Mendizábal. Nuestro caso es un ejemplo más de convento desaparecido, causado por este último hecho comentado.

El Convento de la Trinidad es interesante, tanto por su historia como por su arquitectura  como veremos, a continuación. La fecha de su fundación es 1562 pero no se empezó a construir hasta 1590; según la tradición fue el propio Felipe II quien colaboró en la realización de sus planos.

La iglesia se construyó bajo la dirección del maestro de obras, Gaspar Ordóñez. Se levantaba sobre una planta de cruz latina, con crucero, cúpula sobre pechinas y pilastras de orden corintio. En la fachada principal que daba a la calle de Atocha, destacaba su portada, siguiendo la estructura habitual, flanqueada por columnas y rematada por un bajo relieve que representaba la Santísima Trinidad.

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Figura 2. Vista de la portada

Según el plano de Texeira el convento se ve limitado por unas alineaciones de viviendas, en las calles de Barrio Nuevo, de la Merced, Relatores; excepto en la calle de Atocha a la que da la fachada principal. Asimismo, se ven, claramente, el claustro, patios y una zona ajardinada, en la parte trasera.

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Figura 3. Plano de Texeira (1656)

La última imagen que tenemos del Convento, antes de la Desamortización, se puede ver en la Maqueta de Madrid de León Gil de Palacio.

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Figura 4. Maqueta de Madrid (1830)

¿Cuáles fueron las circunstancias que acompañan a la desaparición del Convento de la Trinidad?

Con motivo de la invasión napoleónica, el Convento fue exclaustrado y en él se instaló la denominada “Real Biblioteca Pública” o “Real Librería Pública”, que fue el antecedente de la “Biblioteca Nacional”, y que estaba situada en el “pasadizo de la Encarnación” que unía el Alcazar con el Convento de Encarnación.

Posteriormente, Fernando VII devolvió el Convento a los frailes, pero con la Desamortización de Mendizábal, en 1836, fue de nuevo exclaustrado y se dedicó a usos muy diversos. Por así decir, el edificio, en 1838, se dividió en dos partes; en la iglesia se mantuvo el culto y una parte del Convento se transformó en la sede de una sociedad lírico-dramática, denominada “Instituto Español”. En 1847, mientras se celebraban las representaciones teatrales y los recitales de canto y música, la iglesia se cerró al culto, acondicionándose como “Sala de Exposiciones de Pinturas de la Real Academia de San Fernando”, así como Museo Nacional.

Asimismo, se aprovechó dicho espacio para almacenar la gran cantidad de pinturas y esculturas que fueron exclaustradas de los conventos y monasterios desamortizados de la provincia de Madrid. La mayoría de las obras de este improvisado museo se trasladaron, más tarde, al Museo del Prado.

En 1848 se crearon los Departamentos de Comercio, Industria y Obras Públicas; a los funcionarios se les alojaron, durante algunos años, entre los ruinosos muros y espacios reformados a toda prisa. En 1856, los distintos Departamentos se reunieron en el Ministerio de Fomento.

En 1859, el arquitecto Francisco Jareño y Alarcón fue el encargado de poner orden en aquellas ruinas pero al final se decidió construir un nuevo edificio que ocupa el actual edificio de la Glorieta de Atocha. Dicho edificio denominado el “Palacio de Fomento” se le encargó a Ricardo Velázquez Bosco y se inauguró en 1897.

Todo el conjunto de edificios se demolieron en 1897 y se abrió la calle del Doctor Cortezo; se construyeron nuevos edificios de viviendas y el teatro Odeón, precedente del que fue durante muchos años el teatro Calderón y, hoy, se le conoce como “Teatro Caser Calderón”.

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Figura 5. Vista del teatro, esquina de la c/Atocha y c/Doctor Cortezo.

Sólo queda en pie la Capilla del Ave María, que podemos ver en la calle de Doctor Cortezo, al lado del cine Ideal y que hoy es un “Comedor de Caridad”.

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Figura 6. Vista de la antigua Capilla del Ave María


Como indicamos al principio, el Convento de la Trinidad es un ejemplo interesante, tanto por la calidad de sus edificaciones como por los hechos que se sucedieron a lo largo de su historia. Tuvo una gran importancia como lugar de almacenamiento de las obras artísticas que se exclaustraron de la gran cantidad de monasterios y conventos desamortizados de la provincia de Madrid. 

Fuentes de Información:
ARBEX,  JUAN CARLOS. El Palacio de Fomento. Ministerio de Agricultura Pesca y Alimentación. Mayo 1998
PONZ, ANTONIO. Viaje de España. 1773


Fuente de información de las imágenes
Figura 1: ARBEX,  JUAN CARLOS. El Palacio de Fomento. Ministerio de Agricultura Pesca y Alimentación. Mayo 1998. (Página 15)
Figura 2: Madrid histórico
Figura 3: Plano de Texeira
Figura 4: Maqueta de Madrid
Figuras 5 y 6: Fotografías del autor

martes, 3 de septiembre de 2013

Los “Rastros” del Claustro del Convento de San Francisco el Grande

Al visitante que se asoma a la “Cornisa de San Francisco-el Seminario” le llamarán la atención dos aspectos destacables:
  • el primero es el propio espíritu del “Parque de la Dalieda”, espacio poco confortable para el usuario. Se ha concebido como un espacio verde temático en el que se han plantado diferentes variedades de dalias que solo florecen de principios de junio a finales de otoño, siempre que no haga mucho calor. Además en el Parque, los árboles (magnolios) son muy pequeños ya que están plantados en contenedores, por lo que en cierta época del año no es recomendable su visita por exceso de soleamiento y calor. Lo único que le hace atractivo a este “espacio ajardinado” es perder la vista desde el mirador que da al Parque de la Cornisa para contemplar el paisaje de la zona oeste de Madrid, cuyo fondo es la Casa de Campo. Es recomendable leer, con atención, los rótulos que describen el Parque, indicando: sus objetivos, la plantación, su intencionalidad, todo ello para justificar su existencia.
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Figura 1. Vista del acceso al Parque

  • El segundo aspecto interesante es el “negativo” del Claustro, ruinoso,  sin consolidar, no visible en su parte inferior que parece un gran telón de fondo, con sus grietas, roturas y su aspecto de abandono.
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Figura 2. Restos del claustro

Según la antigua tradición, el convento de San Francisco el Grande lo funda, hacia 1217, el propio San Francisco de Asís, sobre una ermita anterior fundada, a su vez,  por una comunidad de religiosos franciscanos, bajo la advocación de Jesús y María. Esta fundación junto con la de Santo Domingo y San Martín, se sitúan extramuros de la ciudad, al norte, mientras que la de San Francisco se ubica en la zona sur.

Dicho convento fue ampliándose, poco a poco, debido a las limosnas de los fieles, ya que a finales del siglo XIII y principios del siglo XIV, las órdenes mendicantes toman un gran auge,  el edificio primitivo fue sustituido por otro edificio de mejor calidad.

Una de las imágenes más antiguas procede del Plano de Texeira (1656).

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Figura 3.  Imagen del Texeira

El convento y la iglesia estuvieron, siempre, muy vinculados a la familia real, allí se celebraban ceremonias reales.

En el edificio a lo largo de su historia se han realizado obras, modificaciones y vicisitudes. En 1760 se decide ampliar,  para ello se derriba el existente y se proyecta uno nuevo. El proyecto se le encarga a Ventura Rodríguez aunque los frailes prefieren otro de Fray Francisco Cabezas y redactado por José Hermosilla. La idea se corresponde con la configuración actual: un templo circular rodeado de siete capillas y cubierto por una gran cúpula de 33,00 metros de diámetro; fue Sabatini en 1766 quien terminó la obra.

En la Maqueta de Madrid de León Gil de Palacio (1830) se puede ver el conjunto.

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Figura 4. Imagen de la Maqueta de Madrid

Entre los problemas que ha sufrido, en el siglo XIX,  tenemos: la Guerra de la Independencia, la Basílica se transforma en el Salón de Cortes y con motivo de la Desamortización de Mendizábal, se pensó en convertirlo en Panteón de Hombres Ilustres, pero no prosperó esta idea.

En 1980 se declara Monumento Nacional. Con motivo de última restauración estuvo cerrado durante varios años y se abrió en noviembre de 2011. Es un museo y se puede visitar en un determinado horario.

Lo podemos considerar un gran templo, por su forma, estructura y tamaño; ya nos hemos referido al tamaño de la cúpula que es superior a otros ejemplos conocidos: San Pablo de Londres,  los Inválidos y el Panteón, ambos en París. Sin duda, constituye un hito en la “Cornisa de Madrid”, tan característico y emblemático de la ciudad.

Veamos, qué acontecimientos se han producido, en los últimos años,  que han tenido repercusión, tanto en los edificios anejos como en el claustro del Convento que han dado como resultado la situación actual

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Figura 5. Plaza de San Francisco (1920)

Lo que realmente ha modificado el conjunto fue la apertura de la Gran Vía de San Francisco que une la Puerta de Toledo con el Viaducto de la calle Bailén.

Previamente, a la apertura de esta Vía hubo muchos antecedentes y, aunque,  la mayoría no properaron. El primero fue el de José Bonaparte que quería unir San Francisco con el Palacio Real, el Viaducto se inauguró en 1874, que salva el obstáculo con la calle de Segovia. En 1932 se presenta el proyecto de Secundino Zuazo que propone la demolición de parte del barrio de San Francisco; una de las zonas más afectadas eran los edificios de los cuarteles del Rosario y de San Francisco, donde estaban la prisión y la zona de reclutamiento; a la vez fueron albergues para pobres durante 1934. Estas edificaciones se supone que fueron realizadas por Sabatini pero este hecho no se ha podido confirmar. El cuartel era el primer gran impedimento para comenzar las obras.

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Figura 6. Imagen de los cuarteles

Hasta 1947 no se intentan retomar las obras; pero, realmente, el empujón se lleva a cabo en 1957 con el “Plan Quinquenal del Ayuntamiento de Madrid”. El trazado de la Gran Vía afectó gran cantidad de  fincas afectadas por el trazado (30) y otras 18 desalojadas. Aquélla  se inaugura, oficialmente, el 18 de julio de 1961

La zona quedó en semi-abandono, con unos solares vallados altas tapias de ladrillo, sin mantenimiento alguno y la misma adquirió un especto de “posguerra”.

Recuerdo durante muchos años,   el solar anexo a San Francisco, cerrado con un muro de ladrillo,  en el que se veía un gran montículo de tierra donde, sin duda, estaban enterradas las piedras de las edificaciones que rodeaban a la Basílica y entre ellas las de su claustro.

El 27 de febrero se 1975, se aprueba, provisionalmente, el “Plan Parcial de Ordenación de San Francisco el Grande”, se contemplan varias opciones: desde la reconstrucción del cuartel del Rosario, hasta arreglar la medianería del templo, hoy sigue en el mismo estado

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Figura 7. Medianería de San Francisco

Se adoptó la solución de dejar un espacio libre de edificaciones alrededor de la Basílica para dar esplendor a la misma. En mayo de 2007, con ocasión de unas elecciones municipales se realizó la “Dalieda” a la ya nos hemos referido, anteriormente. El movimiento de tierras fue mínimo y su configuración es de un montículo, enrasado en la parte superior.

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Figura 8. Planta general del conjunto

Al fondo, quedan los “rastros” del claustro, sin restaurar, valorar o consolidar; en realidad el aspecto del conjunto es de un total deterioro. Además, la parte inferior del claustro queda por debajo del nivel de la zona ajardinada, de manera que se ha conseguido una especie de “fosa” que tiene una altura aproximada de unos 2,00 metros que se ha convertido en un “alojamiento” de indigentes,  almacenamiento de enseres y, por supuesto,  acumulación de basura.

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Figura 9. Nivel inferior de la medianería

Todavía, hoy en día, y aunque ya han pasado seis años,  sigue la polémica entre la “Dalieda”, el Parque de la Cornisa y la medianería de San Francisco, sin restaurar.

Invito a que el lector visite la zona y después del paseo, saque sus propias conclusiones. ¡Se recomienda buscar una época apropiada, y  no en pleno verano¡

A pesar de todo, la Basílica de San Francisco el Grande merece una visita cuidadosa y detallada, tanto en todo su exterior como en su interior, sorprendente por la decoración de sus paredes.

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Figura 10. Vista frontal de la Basílica de San Francisco el Grande


Fuentes de Información:
Jornadas Europeas de Patrimonio 2002. Instituto de Patrimonio Histórico Español.
MANUEL DE BLAS. San Francisco el Grande.
idinformacion=643. Basílica de San Francisco El Grande
idinformacion=387. Convento de San Francisco El Grande

Fuente de información de las imágenes:
Figura 1. Vista del acceso al Parque
Figura 2. Restos del claustro
Figura 3. Imagen del Texeira
Figura 4. Imagen de la Maqueta de Madrid
Figura 5. Plaza de San Francisco (1920)
Figura 6. Imagen de los cuarteles
Figura 7. Medianería de San Francisco
Figura 8. Planta general del conjunto
Figura 9. Nivel inferior de la medianería

Figura 10.Vista frontal de la Basílica de San Francisco el Grande

martes, 18 de junio de 2013

¿¡El Palacio de Cristal del Parque del Retiro ¡?

El lector se preguntará por qué el título aparece con estos signos y, sobre todo, con el interrogante; al final del texto encontrará la respuesta, también con otra pregunta.

Este singular edificio se construyó para la sede de la Exposición de Filipinas que se celebró en Madrid en el año 1887. El proyecto se le encargó, un año antes, al arquitecto Ricardo Velázquez Bosco (1843-1923).

Para entender este edificio hay que recordar el antecedente del “Crystal Palace” que Joseph Paxton construyó, en 1851, para la Exposición Universal en Londres; era un edificio muy transparente con una estructura de acero y vidrio.

el paisaje de Madrid_el palacio de Cristal del parque del Retiro

Figura 1. Crystal Palace

El Palacio de Cristal fue concebido por Ricardo Velázquez como un invernadero, una gran “estufa de vidrio y hierro” para exhibir las plantas exóticas; posteriormente se pensaba utilizar como “Museo Ultramarino”. La planta recuerda la cabecera de una iglesia gótica coronada por una espléndida cúpula de 24 metros de altura que sobresale por encima del resto de las cubiertas.

En su construcción que duró 5 meses, participaron el ingeniero Alberto de Palacios que realizó los cálculos y el diseño estructural y los azulejos los realizaron los hermanos Zuloaga como en otras obras de Velázquez: “Pabellón para la Exposición de Minería”, inaugurada en 1883, conocido como “Pabellón de Velázquez”, “Ministerio de Agricultura” y “Escuela de Minas”. La intención de Velázquez, en cuanto, a la elección de la cerámica era cubrir con la misma, las zonas cerradas, que no estaban acristaladas y preveía que los efectos de los brillos que surgieran de las superficies curvadas acristaladas se unieran a los producidos por los azulejos. 

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Figura 2. Palacio de Cristal. Imagen antigua

Fue declarado B.I.C. en 1977.

Hasta aquí todo lo anterior es, más o menos, conocidos por la mayoría de la gente; ahora vamos a referirnos a aspectos menos conocidos y bastante curiosos.

El Palacio de Cristal se levanta en el borde de un estanque donde se refleja el edificio, rodeado por una rica vegetación. A pocos metros del Palacio y a la orilla del citado estanque, Velázquez construye una gruta que, se puede atravesar, ejecutada con piedras calcáreas con la intención de obtener un contraste entre la prehistoria, que representa aquélla y el diseño tan original y singular del Palacio.

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Figura 3. Recreación de cueva prehistórica


Muchas de las exposiciones universales que se celebran en Europa y América, durante el siglo XIX, se “decoran” con exhibiciones etnológicas. Para ello se traían indígenas, que procedían de distintos países, con los que se reproducía su “habitat” y el “medio de vida”.

La Exposición de Filipinas se inaugura oficialmente por la reina regente, María Cristina, el de 30 de junio de 1887, que visita con frecuencia y, además, organiza recepciones en palacio y en otras dependencias a todos los miembros de la delegación filipina.

En nuestro caso, se levanta un poblado de viviendas tradicionales de las islas, rodeando el estanque, en el que un grupo de indígenas filipinos desarrollan una representación de su vida cotidiana; para ello se muestran productos de aquellas tierras, sobre todo, agrícolas, ejemplares de fauna y flora, útiles, etc. Dicho grupo permanece en España durante un mes y medio y sólo se les exhibe con motivo de la Exposición.

Hasta ahora, lo comentado es curioso pero lo que nos vamos a referir ahora es francamente sorprendente para desgracia del edificio proyectado y ejecutado por Velázquez Bosco y que afecta a su unidad y al propio concepto como edificio.

Nos hacemos las siguientes preguntas:
¿A quién se le ha ocurrido solucionar el problema de la accesibilidad al edificio de una manera tan “torpe”?

¿No hay otro sistema?

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Figura 4. Imagen de la rampa de acceso

Se supone que quién toma este tipo de decisiones tiene suficientes conocimientos y la sensibilidad adecuada para decidir el medio más oportuno, tanto para cumplir la accesibilidad como para no perjudicar al edificio.

El Palacio de Cristal ha perdido su esencia; el espíritu clasicista del arquitecto,  le llevó a proyectar un pórtico jónico, a la entrada, que le daban un aire de “magnificiencia” y que ahora se ha desvirtuado por la “chirriante” y brillante rampa metálica.

Como se puede ver en la fotografía adjunta, los fines de semana la rampa no sólo sirve para acceder al edificio sino como soporte, para exponer,  los géneros de los vendedores ambulantes.     

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Figura 5. Uso no previsto de la rampa 

Además, la rampa que ocupa bastante, de manera, que el espacio que queda entre la escalinata de acceso y el estanque es muy justo y la situación espacial que se ha producido es incómoda e, incluso, peligrosa.

Teniendo en cuenta que la estructura de la rampa y su fijación no son definitivas, esperemos que los responsables de esta torpe decisión, algún día, lo antes posible la eliminen y busquen una solución menos “agresiva” para que el edificio recupere su idea original. Tenemos el caso del, Palacio próximo, en el que se ha instalado un elevador, bastante disimulado.

Sin duda a todos nos viene a la cabeza la célebre y repetida frase ¿si Velázquez Bosco levantara la cabeza?

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Figura 6. Vista general del Palacio de Cristal   


Fuentes de Información:
 “Monumenta Madrid”. Patrimonio Histórico Edificado. Palacio de Cristal (Ref: 17626)

ARBEX, JUAN CARLOS. El Palacio de Fomento. Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. 1988.

SANCHÉZ GÓMEZ, LUIS ANGEL. Las exhibiciones etnológicas y coloniales decimonónicas y la Exposición de Filipinas de 1887. Consejo Superior de Investigaciones Científicas.  http://rdtp.revistas.csic.es
Fuente de información de las imágenes
Figuras 1. Google Imagen
Figura 2. ARBEX, JUAN CARLOS. El Palacio de Fomento
Figura 3, 4, 5 y 6. Fotografías del autor.

jueves, 23 de mayo de 2013

El desaparecido “Hotel de Roma” y el traslado de su fachada a la Plaza del Marqués de Salamanca


A cualquiera que se pasee por la Plaza del Marqués de Salamanca le llamará la atención la fachada correspondiente al edificio del número 2 por su aire neoclásico, “afrancesado”,  y con aspecto de palacete pero muy distinto a los que estaban situados en el Paseo de la Castellana.

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Figura 1: Edificio de Plaza de Marqués de Salamanca, 2

¡De dónde procedía esta fachada tan singular¡

El solar del antiguo número 23, de la calle Caballero de Gracia,  esquina a las calles del Clavel y de la Virgen de los Peligros, estaba ocupado por el primitivo “Hotel de Roma”. Tenía un patio delantero y la composición de su fachada era la típica de este tipo de edificios: zócalo de granito, grandes huecos verticales, pilastras clásicas y un remate superior a base de esculturas, tenía el aire de hotels nobiliarios del XVIII de París.

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Figura 2: Fachada del “Hotel de Roma”

Anteriormente, dicho solar estuvo ocupado por un mercado cubierto, diseñado por los arquitectos Aníbal Álvarez y Narciso Pascual y Colomer que fracasó y, posteriormente, se construyó el antiguo palacio de Anglada que se había diseñado a la “francesa” que dio lugar al citado “Hotel de Roma”.


Cuando se empezaron a demoler los edificios para abrir la Gran Vía, en 1910,  se pensó en conservar dicho edificio, para ello se debía reconstruir la fachada que diera a la nueva “Avenida del Conde Peñalver” que era el primer tramo de la Gran Vía pero, más tarde, se trasladó a un edificio construido en la acera de enfrente.

Esta idea no cuajó y, finalmente, se demolió el edificio.  Hubo que esperar algunos años para que en esa esquina se recuperara el uso hotelero (1915); los dueños del “Hotel de Roma”, Yotti y Cia edificaron un nuevo hotel que se puede considerar como el precedente del actual “Hotel de las Letras”.

Antes de la demolición del “Hotel de Roma” se produjeron una serie de acontecimientos curiosos, mezcla de hechos reales y leyendas. Entre éstas hay una curiosa historia en la que se cuenta que la dueña del Hotel era Doña María Diega Desmaissières y Sevillano, Duquesa de Sevillano y Condesa de la Vega del Pozo, que se llevó un gran disgusto cuando se produjo la mencionada demolición y abandonó Madrid para no volver, muriendo en Burdeos en 1916.

Pedro de Répide, comenta que la Condesa se negó a vivir en cualquier otro edificio de Madrid, marchándose a Francia. De todas maneras la narración tiene ese aire romántico y poco verosímil, ya que el “Hotel” era comercial y, no particular, por otra parte al final de la misma calle, cerca de la iglesia de San José, la Duquesa poseía un magnífico palacio que podía haber aprovechado como residencia.      

En el diario ABC, en mayo de 1914, se anunciaba la venta de la fachada del “Hotel de Roma”; sin duda se trata de un tema curioso: recuperación de una arquitectura muy singular. El comprador fue el Vizconde de Escoriaza para la edificación de su casa en el barrio de Salamanca.

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Figura 3: Anuncio del derribo del “Hotel de Roma”


¿Quién era este hombre? Era un prohombre de Zaragoza, gran empresario, valiente y con dinero. Estaba muy relacionado con las obras que estaban realizando en la Gran Vía. El arquitecto fue Enrique Pfitz López. 1918 (fecha del proyecto)  y 1919-1922 (fechas de las obras).

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Figura 4: Planta del edificio 

Se trata de un edificio que tiene cinco niveles: una planta baja que acoge un semisótano, las otras plantas de distintas alturas,  el tratamiento de los huecos es diferente en cada una de ellas. El solar tiene un gran fondo que deja libre un amplio espacio ajardinado.

La mencionada fachada trasladada, se adaptó al nuevo edificio: el patio original delantero se pierde ya que hubo que seguir la alineación de la acera, las fachadas laterales  del mismo se pasaron al jardín trasero. Se modificaron los tejados, con acabado en pizarra y con un cierto aire a la “francesa”, incorporándose un escudo nobiliario flanqueado por angelotes, en su zona central, del alero superior. Asimismo, se reaprovechó parte de rejería en los balcones de las primeras plantas.

Hemos respondido a la pregunta que nos hemos hecho al principio: estamos ante un caso muy singular de traslado de fachada, magnífico ejemplo de reciclaje de materiales y sobre todo dio respuesta al “capricho” del propietario.   

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Figura 5: Detalle de la fachada

Fuentes de Información:
DE RÉPIDE, PEDRO. Las Calles de Madrid. Afrodisio Aguado S.A. Madrid
Bases de Datos del Servicio Histórico del Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid, (Plano Gm-A1)
“Monumenta Madrid”. Patrimonio Histórico Edificado. Viviendas para el Conde de Artaza (Ref: 02352)
Revista Madrid Histórico. Nº 26/03-04/2010. Las bajas de la Gran Vía. Texto: Miguel Hervás.



Fuente de información de las imágenes
Figuras 1 y 5: Fotos del autor
Figura 2. http://granvia.memoria de Madrid. 100 años Gran Vía Madrid. Edificios desaparecidos
Figura 3. Revista Madrid Histórico. Nº 26/03-04/2010
Figura 4. Bases de Datos del Servicio Histórico del Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid, (Plano Gm-A1)

martes, 23 de abril de 2013

La Casa Museo de Lope de Vega

La Casa Museo de Lope de Vega
c/ Cervantes, 11. 28014.
Horario: 10,00 a 15,00 (martes a domingo)
Teléfono para reserva de visitas: 91 429 92 16

Uno de los rincones más curiosos y literarios es la zona donde se encuentra la Casa de Lope de Vega donde vivió durante 25 años; la adquirió en el año 1610 y la habitó hasta su muerte en 1635. Se encuentra situada en el distrito Centro, barrio de la Cortes, el entorno es conocido como de “Las Letras”.

Nos encontramos en una zona de la ciudad conocida por su ambiente nocturno pero de día es un lugar tranquilo, sosegado y que tiene un aire muy madrileño, auténtico y que nos puede recordar el Madrid barroco del siglo XVII.

Dicha Casa representa la típica vivienda tradicional del mencionado siglo. En esta Casa construida en 1578 y adquirida por Lope por 9.000 reales, en ella vivió muchos de los acontecimientos de su azarosa vida: creación literaria, amores, nacimientos de sus hijos, etc. falleciendo en ella.

Como podemos ver la Casa no era pequeña, consta de: comedor, oratorio, cocina, despacho,  varios dormitorios y un pequeño jardín. Actualmente, el acceso se realiza por una especie de zaguán con una oficina adjunta donde se recibe a los visitantes y que a su vez da paso al jardín.

El propio Lope hablaba de su casa diciendo: “… mi casilla, mi quietud, mi huertecillo y estudio…”; esa humildad de la que hablaba no era real ya que para la época era una buena casa.

Curiosamente se vio obligado a alojar un militar por la llamada “Regalía de Aposento”, el Capitán Contreras, con el que llegó a trabar una cierta amistad.

La Casa la legó a su hija Feliciana, que posteriormente, pasó a un nieto de Lope. A partir de esta época se suceden una serie de acontecimientos de manera que se borra la idea de la propiedad original de la misma. Fue Mesonero Romanos (1803-1882) que identifica la casa como de Lope de Vega y que afirma que la misma estaba completa e integra, aunque la entrada había sido desplazada de su posición primitiva al centro de la fachada y que en el jardín había surgido una especie de “corrala madrileña”.

Pasaron algunos años y se produjeron distintos problemas legales hasta que en 1931 se cede a la Real Academia de Historia, pero se indicaba en los documentos que era necesario instalar en la misma un Museo a Lope de Vega.

Desde este momento y en distintas épocas intervienen varios arquitectos. Emilio Moya  Lledós (1931) y Pedro Muguruza Otaño (1934-35) restituyen la casa a su estado original y años más tarde: Fernando Chueca Goitia (1973-75); Walter Lewin Fernández-Bugallal (1989) y Emma Ojea Carballeira (119-92) trabajan en las últimas restauraciones.

Figura 1. Proyecto de Pedro Muguruza.
 Fuente: Centro de Estudios Históricos. Fichero de Arte Antiguo, 1935


Había sido nombrado BIC MONUMENTO en el año 1935.

Sin duda, conserva el encanto y el espíritu de de una vivienda, común,  de la época del Madrid barroco.  Se trata de un edificio entre medianerías, de dos plantas, posteriormente, se añadió la buhardilla. La fachada sigue la manera de hacer de la época: zócalo de piedra, el resto de la misma es de revoco imitando ladrillo y una rejería sencilla en los balcones.

Figura 2. Fachada de la Casa 

En el interior se ha recreado el ambiente original, para ello se han traído libros de la Biblioteca Nacional, pinturas del Museo del Prado y del Convento de las Trinitarias y el mobiliario procede del Museo de Artes Decorativas. La gestión museística la ha realizado la Comunidad de Madrid, la Consejería de Cultura.

Este ambiente se complementa con el jardín interior, que consta de: palomar, árboles frutales y una pequeña zona de huerta; el pozo es el original pero  no el brocal. A pesar de que  el jardín está cerrado entre viviendas, la sensación es de aislamiento, tranquilidad y reposo. El único elemento que en el que se entreve cierta relación con el exterior es la puerta de madera cerrada, un tanto “misteriosa” que parece comunicarse con el edificio del fondo.

Figuras 3: Fotos del Jardín

Figuras 4 . Fotos del Jardín

Figuras  5  Fotos del Jardín


¡Ah y no te olvides de visitar¡, sólo por el exterior, el “Convento de las Trinitarias de San Ildefonso y San Juan de la Mata” es de clausura y casi siempre está cerrado. Está situado en la calle paralela a la de Cervantes, c/ Costanilla de las Trinitarias, allí estuvo enterrado Cervantes y tomó hábito en 1621, la hija natural de Lope de Vega, Marcela de San Félix que ocupó un cargo importante en la comunidad de religiosas. A través de sus celosías vio el cortejo fúnebre de su padre que fue enterrado en la iglesia, próxima, de San Sebastián.

Figura 6. Fachada de la Iglesia de las Trinitarias


Fuentes de Información:
EVA RODRIGUEZ ROMERO (Coord.) El Paisaje de la Clausura. Jardines, Huertas, Claustros y el Entorno Urbano de los Conventos Barrocos de Madrid. CEU Ediciones. Madrid 2012
Guía de Inmuebles Históricos. Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid
Monumenta Madrid.
www.rae.es/rae/gestores/…nsf/Casa Museo de Lope de Vega.pdf
Figura 2,3,4 y 5: de Juan Tejela Juez (Autor)