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martes, 27 de septiembre de 2016

El Asilo de Lavanderas

En la ciudad de Madrid, a lo largo de su historia, se han fundado varias instituciones con distintos fines. Muchas de ellas han desaparecido, una vez, que han cumplido sus objetivos, ya que superada,  su etapa de vida activa, ya no tenían objeto. Una de dichas instituciones es el Asilo de Lavanderas, cuya actividad se mantuvo entre los años 1871 y 1936; hoy constituye un bonito “recuerdo” que fue fundado por María Victoria, la esposa del rey Amadeo de Saboya.

Las Lavanderas del Manzanares
Nos parece fundamental dedicar un apartado al tema de las lavanderas que tuvieron una trascendencia muy importante en la vida social de la ciudad y han sido objeto de una gran cantidad de comentarios, tanto literarios, en la pintura y en la fotografía.

Arturo Barea en su trilogía La forja de un rebelde dice: “Yo sé lo que es ser hijo de la lavandera. Sé lo que es que le recuerden a uno la caridad”. Este comentario nos evoca la triste historia de las lavanderas del Manzanares y su influencia en esta parte de la ciudad.

En Madrid, un número elevado de mujeres, desde niñas a ancianas, no podían conseguir otro modo de vida mejor que dedicarse a lavar la ropa, de la mañana a la noche, en la propia orilla del río Manzanares, en la propia orilla del mismo o en los lavaderos. Tanto si hacía frío, calor, lloviera o nevara. El número de lavanderas, entre finales del siglo XIX y principios del XX, se puede estimar en unas 5.000 mujeres,  dedicadas a este duro trabajo, mal pagado e insalubre, con contacto permanente en prendas infectadas, de enfermos contagiosos, sin medios de desinfección ni protección. Este trabajo llevaba otras tareas aparejadas, como son el traslado de la ropa, desde los hogares donde se recogía hasta el río y devolverla limpia y seca a su lugar de origen. Esto se hacía en cualquier época del año, como ya se ha comentado y, además, debían cargar con sus hijos, si no tenían con quién dejarles y debían estar con ellas a la orilla del río o deambular solos por los barrios aledaños o zonas de miseria de la ciudad.

En la mayoría de las ciudades, pueblos y aldeas españolas hubo muchas mujeres dedicadas a este oficio; aunque trabajaban en mejores condiciones, los lavaderos eran urbanos y resguardados, en patios de conventos, o a la entrada de las poblaciones.
Pero el caso de Madrid, con el Manzanares, era muy peculiar; había extensos arenales, en ambas orillas, con abundancia de isletas tapizadas de hierba, la profundidad de sus aguas permitía que el río se pudiera cruzar, saltando de isleta en isleta; aunque se instalaron pasarelas de madera.

Goya, castizo y conocedor de la ribera del Manzanares, fue el primer pintor que nos refleja este trabajo (Fig.1) en uno de sus Cartones; aunque les da un aire alegre y festivo.  


Las Lavanderas en el Manzanares. Francisco de Goya


Figura 1. Las lavanderas en el Manzanares. Francisco de Goya

Las zonas donde se concentraban el mayor número de lavanderas era entre los puentes de Segovia y Toledo y en torno al actual puente de la Reina Victoria; anteriormente, había un “Puente Verde”, de Pedro de Ribera que se arruinó por el paso del tiempo. Su denominación responde al color con el que estaba pintada la pasarela de madera. Era una zona en la que había muchas praderas, entre el puente del Rey y al final de la Cuesta de San Vicente.

Lavanderas en el Manzanares


Figura 2. Cajones de las lavanderas

Las lavanderas se solían poner en una especie de cajón de madera (Fig. 2) que tenía una tabla donde frotaban la ropa, aplicando la “ceniza de la colada” que se hacía cociendo ceniza de la cocina, en barreños y, finalmente, la colgaban en los tendederos verticales. Asimismo, para hacer la colada empleaban jabón que compraban en las fábricas de la zona sur de la ciudad. Además, este trabajo suponía un esfuerzo físico muy fuerte por las tantas horas que permanecían agachadas, encorvadas y de rodillas, soportando las inclemencias del tiempo. El Ayuntamiento sacaba bastante renta de los lavaderos, sufragando con ello el salario de los porteros y otros funcionarios, aunque cada pocos años debía restaurar el complejo entramado de canalillos y pontones, arrasados por las crecidas del río.

Este tema de las lavanderas es muy recurrente porque da una idea muy clara de los problemas socioeconómicos que sufría una parte importante de  la sociedad madrileña. Fue Pío Baroja, el escritor que hizo referencia a este trabajo; en la Busca  en su trilogía La lucha por la Vida; observó el río sucio, maloliente y pestilente pero quiso mejorar el panorama de la miseria: “en los lavaderos del Manzanares brillaban al sol ropas puestas a secar con vívida blancura”.   
Tendederos en el río Manzanares


Figura 3. Tendederos en el río, con el Puente Verde al fondo (1905)

Carlos III mandó construir al arquitecto Juan de Villanueva unos lavaderos cubiertos, en la orilla oriental del río y una acequia con agua limpia que llegaba de cursos más altos; estaba situado en la zona que ocupa, actualmente, el final del “Pasadizo de José Bonaparte”

El “Asilo de Lavanderas” se construye durante el reinado del rey Amadeo de Saboya y de su esposa, María Victoria. A pesar del poco tiempo que permanecieron en España, como reyes, hicieron algunas obras de caridad. La reina que tenía una gran fortuna y era muy generosa pero su gran obra, sin duda, fue el “Asilo de Lavanderas”.
En los años veinte quedaban todavía unos dieciochos lavaderos pero como el río estaba cada vez más sucio y en los domicilios empezaban a tener agua corriente, los lavaderos fueron desapareciendo de las riberas del Manzanares.

“La Rosa de Turín”
Con este sobrenombre se conoce a María Victoria del Pozzo y de la Cisterna que era la esposa de Amadeo de Saboya, el duque de Aosta. La historia se estos personajes es un poco triste, sobre todo, en su relación con España. En 1868, al triunfar la “Gloriosa” y al ser derrotadas las fuerzas reales en Alcolea, Isabel II se ve obligada a ir a vivir a Francia, en concreto a París.

El general Prim propuso a las Cortes la posibilidad de que varios personajes fueron nombrados rey. El que más votos obtuvo fue el duque de Aosta. El día 30 de diciembre de 1870, llega a España Amadeo de Saboya, desembarcando en la ciudad de Valencia. Cuando llega a Madrid, su primer acto oficial fue velar el cadáver del general, en la basílica de la Virgen de Atocha, ya que unos días antes el citado general mismo había sufrido un atentado.

María Victoria no llegó con su esposo ya que estaba convaleciente del nacimiento de su segundo hijo; ella llega a Madrid, en marzo de 1871. Es una historia conocida el trato tan frío que tuvo la pareja en los tres años (1870-73) que permanecieron en la capital: mal recibimiento, desprecio en los actos oficiales, les alojaron en las estancias peores del Palacio Real, un intento de atentado, etc.

A pesar de todo esto la reina, que poseía una gran fortuna, destaca por su generosidad, de aquí viene el sobrenombre por el que se la conoce, se dedicó a hacer obras de caridad o beneficencia: ayuda a Concepción Arenal, en su labor asistencial; funda un Hospital que primero se llamó “de Amadeo” y, después, se convertiría, en lo que hoy es, el Instituto Oftálmico Nacional y  el Hospital homeopático de Eloy Gonzalo. En la Figura adjunta se ve a la reina visitando el Hospital de Incurables. Pero, sobre todo, su fundación más interesante, desde el punto de vista social fue el “Asilo de Lavanderas”


Visita de la reina al Hospital de Incurables


Figura 4. Visita de la reina al Hospital de Incurables

La “Casita del Príncipe”
Con esta denominación, también, se conoce al Asilo de Lavanderas, ya que la renta de 25.000 pesetas asignada por el Estado al heredero de la Corona se empleó para la construcción del  mismo.

La idea fundacional partió del acto que hizo la propia soberana de amamantar al hijo de una lavandera que lloraba junto a su madre, mientras ella lavaba en el río, con el fin de calmarlo; la reina estaba criando a su segundo hijo. Ante esta situación se le ocurrió que había que construir un edificio para atender, tanto a los hijos como a las madres.

El “Asilo” se inauguró en 1871, seis meses después de la colocación de la primera piedra. Estaba situado entre la Puerta de San Vicente y el Paseo de la Florida. Su configuración era la siguiente: al entrar se atravesaba un pequeño jardín por el que se acudía al oratorio. El edificio se componía de dos departamentos: el de niños lactantes que contaba con cunas de hierro y con un aula y la dependencia de las lavanderas que se comunicaba con el espacio dedicado a urgencias.

Asilo en la Glorieta de San Vicente

Figura 5. Situación general del Asilo, en la Glorieta de San Vicente

En esta Figura se aprecian una serie de elementos: el espacio libre entre el Asilo y la Puerta de San Vicente que preside la Glorieta y el Camino del mismo nombre, la Estación del Norte o del Príncipe Pío; había una pequeña zona ajardinada que lo rodeaba.

Los facultativos del Patrimonio Real aplicaban los primeros auxilios y la farmacia palatina facilitaba los medicamentos necesarios. Se daba asistencia a los niños desde los dos meses hasta los cinco años. En esta fundación, los hijos de las lavanderas eran atendidos por ocho hermanas de la Caridad; incluso había camas por si alguna lavandera sufría un accidente y debía ser atendida. Se la considera la primera guardería infantil instalada en España y todos los gobiernos posteriores la respetaron.


Vista Frontal Asilo Lavanderas


Figura 6. Vista frontal del Asilo de Lavanderas

Tras la Guerra Civil, el Asilo desapareció y en 1946 fue reedificado entre los Paseos de Pontones e Imperial pero pasó a ser un colegio ya que la actividad para la que fue fundado ya había finalizado.

El 12 de febrero de 1873, se produce la partida de toda la familia de los Saboya. Tomaron el tren en la estación del Príncipe Pío y seguro que María Victoria echaría una última mirada a su gran obra. Partieron hacia Lisboa y después a Italia, la reina que llevaba algún tiempo enferma, muere muy pronto de tuberculosis y Amadeo contrae matrimonio de nuevo. La historia no se ha ocupado debidamente sobre esta familia y, a pesar, de su brevísimo reinado su labor debe ser reconocida y no debe olvidarse.

Noticias en la prensa de la época
La construcción del Asilo fue, sin duda, un acontecimiento en la sociedad madrileña, del momento y como tal se reseñó en la prensa, apareciendo noticias muy distintas, en los periódicos desde el 9 de julio de 1871 hasta el 3 de diciembre de 1879. Se han consultado algunos periódicos y se han encontrado doce noticias en: La Iberia, El Imparcial y La Época. Se recogen las que nos han parecido más interesantes.

La Iberia (9/07/1871):
Se habla de la colocación de la primera piedra por la reina, doña María Victoria. Asimismo, se indica el agradecimiento del pueblo a la iniciativa caritativa de la misma.

El Imparcial (10/07/1871):
Se comenta que con motivo de la construcción del Asilo, se trasladará la fuente, denominada el “Niñote” (también conocida de los “Mascarones”) a la Casa de Campo.

Esta fuente formaba parte de la Glorieta de San Vicente con la Puerta del mismo nombre; aunque en realidad fue demolida.

En esta misma noticia se detalla cómo fue el acto de la colocación de la primera piedra, las personalidades y el numeroso público que aplaudió con entusiasmo y lanzando “vivas”. Para la ceremonia se había instalado una tienda de campaña, al acabar el acto, los reyes se dirigieron a la ermita de San Antonio. Se había construido un precioso arco donde se construía el edificio y el arquitecto fue don Santiago Angulo.

El Imparcial (11/07/1871):
Los periódicos carlistas: dicen que el párroco de San Marcos, el obispo auxiliar de Madrid, el vicario y otros sacerdotes a quienes se acudió para bendecir, anteayer, las obras de las Casas del Príncipe. Se señala que el Pensamiento Español a pesar de llamarse católico, censuran que hayan ido a molestar a respetables sacerdotes don tan “extraña incumbencia”. La “extraña incumbencia” es bendecir el asilo que la reina costea para recoger en él a los hijos de las lavanderas…

La Iberia (18/08/1871):
“Con cargo a la asignación del príncipe se está construyendo el asilo-escuela para los  niños de las lavanderas, presupuestado, en veinte mil duros el coste del edificio y en diez mil duros anuales su entretenimiento”.

La Época (14/01/1872)
Se recoge la inauguración del asilo que fue un acto protocolario pero entrañable. Una vez realizada la ceremonia con sus discursos los reyes lo visitaron y hablaron con las lavanderas que sostenían en brazos a sus hijos.
Inauguración del Asilo de Lavanderas


Figura 7. Imagen de la inauguración del Asilo de Lavanderas

El Imparcial (17/01/1872):
El señor Antonio González, un vecino del barrio leyó un discurso de gracias a los reyes.

El Imparcial (21/06/1872):
“Ha visto la luz pública la preciosa canción Berceuse, original del Sr. Don Fermín Álvarez, dedicada a la reina, y a los productos de su visita al Asilo de lavanderas establecido fuera de la Puerta de San Vicente”.

La Época (19/07/1875):
“El miércoles próximo se estrenarán en el teatro de los bellos y elegantes jardines orientales, el juguete cómico en un acto Y usted es mi padre, y el cuadro dramático Las Lavanderas del Manzanares, ambas de aplaudidos autores y de las que tenemos buenas noticias”.

El Imparcial (03/12/1876):
Se hace referencia a la queja del Sr. Marqués de Sandoval en la que se habla que se había borrado el letrero en el asilo benéfico en Madrid con elogio a su fundadora, la reina Mª Victoria. No se sabe por qué ha sido borrado ni quién pero, al final, se dice que podía ser algún miembro del partido republicano donde figuraban hombres que por la  noche era ministros de D. Amadeo de Saboya y que amanecían ministros de la República española, “aquellos que ahora se contristan y llenos de unción elevan al cielo sus preces para dar gracias a la que tanto hicieron sufrir y a la que perdieron”.

¿Qué queda del Asilo de Lavanderas?
Es uno de tantos elementos desaparecidos de Madrid que merece ser recordado, fundado a finales del siglo XIX, tanto por la generosidad de su promotora como por su función social. No es un hecho demasiado conocido y con esta entrada al blog pretendemos que se dé a conocer, tanto la historia de las lavanderas del Manzanares como de la obra de caridad de la reina Mª Victoria; cuyo paso por Madrid fue muy fugaz pero aprovechado.

Se puede ver en la Figura 8 una vista aérea de la época donde se ve con cierto detalle los elementos que lo rodeaban.

Vista Aerea del Asilo de Lavanderas

Figura 8. Vista área

Actualmente se le recuerda en uno de los elementos señalizadores instalados, en la Glorieta de San Vicente, que se han realizado con el proyecto de Madrid Río. Se ha construido un muro de hormigón dividido en distintas épocas: 1909; 1934; 1959; 1984 y 2009; donde se cuenta la historia del río y se reflejan sus elementos en las citadas fechas. En la correspondiente a 1909, principios del siglo XX, se representa el Asilo.

Asilo de las Lavanderas en madrid

Figura 9. Cartel señalizador

Fuentes de Investigación:
  • BAREA, ARTURO. La Forja de un Rebelde. RBA. 1951
  • BAROJA, PIO. La Lucha por la Vida. La Busca
  • ORTEGA VIDAL, JAVIER; MARTÍNEZ DÍAZ, ÁNGEL; MARÍN PERELLÓN, FRANCISCO JOSÉ. Entre los Puentes del Rey y de Segovia. Secuencias gráficas del río Manzanares desde el siglo XVI al XX. Colección Libros Patrimonio. Mayo 2008.
  • REGO, FÉLIX. Madrid y su Río. La Ribera del Manzanares. TEMPORAE. 2016
  • Revista MADRID HISTÓRICO nº 11. Septiembre/Octubre 2007. Huellas Madrileñas de una reina olvidada. El asilo de lavanderas, primera guardería de la Villa y Corte.
  • Revista MADRID HISTÓRICO nº 45. Mayo/Junio. 2013. Dossier. Proyecto Madrid Río.

Agradecimiento: Agradecemos a la arquitecta María Jesús Montero Burgos, la búsqueda que ha realizado en http://hemerotecadigital.bne.es/index.vm y facilitar nos las referencias de la prensa de la época.

Fuentes de información:

Fuentes de información de las imágenes:



Figura 4: Revista MADRID HISTÓRICO nº 11. Septiembre/Octubre 2007 De La Ilustración Española y Americana. Biblioteca Nacional.  

Figura 5: Revista MADRID HISTÓRICO nº 11. Septiembre/Octubre 2007. Pg. 47


Figura 9: Foto del autor

Índice de figuras:
Figura 1. Las lavanderas en el Manzanares. Francisco de Goya
Figura 2. Cajones de las lavanderas
Figura 3. Tendederos en el río, con el Puente Verde al fondo. (1905) 
Figura 4. Visita de la reina al Hospital de Incurables
Figura 5. Situación general del Asilo, en la Glorieta de San Vicente
Figura 6. Vista frontal del Asilo de Lavanderas
Figura 7. Imagen de la inauguración del Asilo de Lavanderas
Figura 8. Vista área

Figura 9. Cartel señalizador

lunes, 21 de septiembre de 2015

El Reservado de Fernando VII. Los “Caprichos del Retiro”

La salida de las tropas napoleónicas de España, se producen en enero de 1814; en ese momento,  las Cortes de Cádiz se establecieron en Madrid. En marzo de ese mismo año, Fernando VII anuncia su regreso a España.
El rey, conocido como el “Deseado”, se encontró el Buen Retiro en muy mal estado; estaba casi en ruinas. Éste quedó convertido en un campo de maniobras, fortificado; parecía un verdadero baluarte defensivo. Para poder su recuperar parte de su estado original, la Corona debió utilizar distintos recursos: arrendamiento de diversas zonas, venta de leña de las podas, hielo de los estanques, etc. El rey se preocupó de repoblar el arbolado de toda la superficie del Retiro y reparó varias zonas verdes que los invasores habían destrozado; permitiendo la entrada al público.

El rey se reserva para sí y su familia, el conocido como el “Reservado” situado en el NE, tenía sus propias tapias y los límites estaban entre las calles de Alcalá, O´Donell y Menéndez Pelayo; en el extremo SE el límite era el Estanque. En la Figura 1 se puede ver la situación del Reservado en el Plano del Retiro.

Situacion y extensión del Reservado de Fernando VII

Figura 1. Situación y extensión del Reservado de Fernando VII

Toda esta zona se replanta, cuidadosamente, tanto árboles como plantaciones; además, se enriquece con una serie de construcciones denominadas “Caprichos”. Estas pequeñas y curiosas edificaciones se pusieron de moda durante el siglo XVIII, siguiendo el modelo del “Pequeño Trianon” de Versalles de la reina María Antonieta, construido por el arquitecto Mique. Tenemos ejemplos como: la “Montaña Artificial” en los Jardines de Aranjuez,  la “Casa del Ermitaño” y la “Casa de la Vieja” en la Finca de la Alameda de Osuna.  
Estas edificaciones o “Caprichos” fueron diseñadas y construidas por Isidro González Velázquez, arquitecto mayor de las obras reales. Vamos a estudiarlos, con cierto detalle, para ello les hemos clasificado de una determinada manera: existentes y conservados; existentes y transformados y desaparecidos. Se adjunta un Plano del Retiro, actual, para su localización.

Plano del Retiro

Figura 2. Plano del Retiro


a). “Caprichos” existentes y conservados. Son muy pocos los “Caprichos que se han conservado, aunque en ellos se han hecho algunas obras de conservación y mantenimiento.

La “Montaña de los Gatos”, también conocida como el “Tintero” o “Montaña Artificial”. En el momento de su construcción contaba, en su parte superior, con un templete, hoy desaparecido.

Se localiza en le zona nordeste de los Jardines, en la esquina entre las calles de  O´Donell y Menéndez Pelayo. En su zona inferior había una ría que tenía peces y gansos, sobre la que caía una pequeña cascada. Actualmente, se está trabajando en su ajardinamiento para recuperarlo ya que se ha perdido parte del mismo,  por el paso del tiempo.

montaña de los gatos

Figura 3. La “Montaña de los Gatos”, zona en recuperación 

En su interior hay una cúpula semiesférica, ejecutada en ladrillo; se restauró hace algunos años y se utilizó en ocasiones como sala de exposiciones. La fachada de esta zona es muy interesante y está pintada con motivos pompeyanos.

Montaña artificial Retiro

Figura 4. Fachada de la zona de la cúpula

La “Casita del Pescador” es una construcción muy vistosa y bien restaurada, muy próxima a la “Montaña”. Tiene planta de cruz griega y la cubierta está ejecutada por un chapitel de plomo, muy escurialense. Está situada en medio de un pequeño lago de formas irregulares, en el que había peces que le daba sentido a su denominación. El acceso se realiza por un pequeño puente. El revestimiento exterior es un revoco de color rojizo, decorado con pinturas pompeyanas, muy similar a  la decoración de la “Montaña”.

Casita del Pescador en el Retiro

Figura 5. La “Casita del Pescador”

La “Fuente Egipcia”, su denominación procede, tanto de su propia configuración como de los elementos que la decoran. Asimismo, se le conoce como “Canopo” o “Tripona”. Se ejecutó en 1819 y está situada en la zona sur del Gran Estanque. Es un depósito de agua, de planta rectangular, parte de su cubierta es inclinada; en el frente que da al Estanque, se encuentra la fuente, situada en una hornacina, conformada por un gran vaso canopo, cerrada por una cabeza egipcia. Está rematada por dos esfinges, situada en los laterales, sobre unos muretes de piedra; en el centro había una estatua de Osiris, sobre una pilastra, hoy desaparecida. Está construido en ladrillo visto, tomado con mortero de cal y piedra granítica.

Fuente Egipcia en el Retiro

Figura 6. La “Fuente Egipcia”

b) “Caprichos” desaparecidos. Algunos de ellos se han demolido y, sólo, se tiene el recuerdo de los mismos.

La “Casa Rústica” o “Persa”, se hallaba próxima a la Montaña Artificial junto a la tapia de la calle de Alcalá. Constaba de tres estancias: la central era un salón-rotonda, decorado con sedas y objetos procedentes de China. Su exterior era muy rústico, revestido con troncos de madera sin descortezar. Se adjunta una imagen del citado salón. 

La Casa Rustica

Figura 7. La “Casa Rústica”

La “Casa del Pobre”, también llamada del “Pobre y del Rico”; era, quizás, el “Capricho” más romántico. Estaba muy próxima a la anterior y tenía dos plantas; en su planta baja, había unos maniquíes que representaban una anciana hilando al lado de la cuna con un niño dormido, en una modesta cocina. Detrás de esta escena, existía otro cuarto donde se veía un matrimonio, procedente de Cuba, que ayuda a los anteriores. En el piso superior, había un lujoso gabinete con las paredes forradas de telas y adornado con candelabros, espejos y diverso mobiliario. Había un gran contraste entre el interior y el exterior; éste era muy rústico ejecutado con piedras irregulares, ladrillos y troncos de madera. Fue derruida en 1963.

El “Embarcadero Real”. Estaba situado en el lugar donde se encuentra el Monumento de Alfonso XIII; se demolió el citado Embarcadero para la realización del mismo; aunque éste se encontraba ya en mal estado de conservación. Fue construido por Isidro González, como el resto de los “Caprichos”, en 1817. Los materiales utilizados fueron piedra, ladrillo y madera; la cubierta era de zinc y plomo. Estaba formado por tres cuerpos con decoración “chinesca”, tenía una escalera central coronada por una bonita cúpula, los pabellones laterales eran más bajos con dos arcos ojivales y de medio punto. En las estancias de su interior descansaba la familia real cuando acudía a los festejos que se celebraban en el Estanque; asimismo, navegaba en las Falúas Reales, que el rey, Fernando VII, mandó traer de Aranjuez, donde hoy se conservan en el “Museo de Falúas Reales” de la mencionada población.

En el borde del Estanque, se habían instalado cuatro norias, una en cada esquina, que se empleaban para elevar el agua. En la Figura adjunta se puede ver una divertida escena cortesana, pintada por José Ribelles, en 1820, Pintor de Cámara de Fernando VII, procedente de la Colección Real.    

Escena Embarcadero Real

Figura 8. Escena en el “Embarcadero Real”

c) “Caprichos” modificados. Varios de ellos mantienen parte de sus edificaciones primitivas, algunos han cambiado de nombre y otros han cambiado de uso.

La “Casa de Vacas”. El edificio primitivo era una alquería, donde las hijas del rey, Isabel II y Luisa Fernanda, jugaban a ser pastoras, disponían de unas vacas cuya leche bebían después de ser ordeñadas por ellas mismas. Está situada en el Paseo del Estanque, próximo a éste.

En 1868 la Corona pierde los derechos sobre los Jardines del Buen Retiro; a partir de esta época se alquila la “Casa de Vacas” a Mateo Cabezas y Romeral que la transforma en un establecimiento modélico donde se podía beber leche recién ordeñada; unos años después, se instala una chocolatería.

El 12 de mayo de 1886 un ciclón devastó el Parque, entre los destrozos que se produjeron, la “Casa de Vacas” fue muy afectada. Se reconstruyó, en el siglo XX, instalándose un café restaurante. Se realizaron diversas obras hasta que en 1950, una de las terrazas es utilizada como pista de patinaje sobre ruedas y en el verano se vendía horchata.
  
Unos años más tarde se reestructuró y se utilizó como sala de fiestas; a partir de la década de los sesenta se instaló un restaurante y bar, conociéndose como “Pavillón”, hasta que en 1983 se incendió, arruinando el edificio.

Unos años después se restauró, utilizándose como Centro Cultural del Ayuntamiento, albergando una Sala de Exposiciones y un pequeño Auditorio en el que se representan obras de teatro. En la Figura 9 se puede ver una imagen de la actual “Casa de Vacas”.

Casa de Vacas del Retiro

Figura 9. La “Casa de Vacas”

La “Casa del Contrabandista”, conocida en los últimos años como el “Florida Park” que ha sido una sala de fiestas muy conocida en la ciudad. El edificio primitivo constaba de una gran estancia circular en la que se encontraba una noria y, adosada a ella, había una dependencia longitudinal. Los materiales empleados era piedra y ladrillo y el techo circular, primero estuvo cubierto por tejas y, posteriormente por plomo y zinc.

Su interior estaba ricamente decorado al temple y existía una rica colección de telas: terciopelos y rasos. Había varios maniquíes, algunos autómatas vestidos como contrabandistas del sur de España que daban el nombre al local.

También, se la llamaba la “Casa del Jaman”, de los masajes con manantiales, una especie de “spa”, donde el rey disfrutaba de todo ello. 

Florida Park

Figura 10. Imagen antigua del Florida Park

La historia del local es azarosa y curiosa. Tras la cesión del Parque al pueblo de Madrid, el edificio fue utilizado como “Establecimiento de Aguas Oxigenadas”, donde se decía que se desarrollaban actividades  terapéuticos; en 1935 se conocía como “Viena Park”. Durante la dictadura de Primo de Rivera fue un baile y después de la Guerra Civil, un salón de té. Cuando los estadounidenses de la base de Torrejón se instalaron en Madrid se puso de moda como sala de fiestas. Luego fue plató televisivo donde se desarrollaban programas musicales. Su cierre definitivo se ha producido en junio de 2013.

Actualmente, se están llevando a cabo unas obras de remodelación; hay que tener en cuenta que el edificio tiene una “Especial protección como edificio protegido” que abarcarán a todo el conjunto arquitectónico. Las gestiones de adjudicación de la sala de fiestas y restaurante han sido complicadas y laboriosas pero parece ser que, finalmente, se abrirá a finales del 2015 con el nombre de Retiro Florida Madrid.   

Obras en el Florida Park del Retiro

Figura 11. Obras en el Florida Park

Hace algunas semanas, en las citadas obras, se ha encontrado una noria, denominada de “sangre”, porque era movida por tracción animal (caballería). Esté encajada en una estructura de ladrillo macizo que llegaba hasta el borde de la boca elíptica, que estaba enladrillada. Tiene una profundidad de unos cuatro metros, tres metros y medio de longitud y uno y medio de anchura. Con este sistema se garantizaba la subida del agua desde un pozo enclavado en el subsuelo. Es muy similar a las norias que se empleaban en el riego de huertas y jardines del siglo XVII; hay varios ejemplos en el propio Retiro. Un caso es el que se ha reconstruido,  en el “Huerto del Francés”, donde se encontraba la “Real Fábrica de Porcelana del Retiro”, al lado de la estatua del Ángel Caído. En este momento se está realizando un estudio arqueológico para evaluar la importancia de este hallazgo.


La “Casa de Fieras”. Los antecedentes de un zoológico en Madrid, se remontan a 1774, cuando Carlos III mandó construir un Parque de Animales en la actual “Cuesta de Moyano”, que formaba parte de los terrenos de los Jardines del Buen Retiro.

A finales del siglo XVIII, las instalaciones se trasladaron a la esquina del Parque, junto a la actual Puerta de Alcalá, las jaulas conocidas como la “Leonera”, contenían animales peligrosos y estaban dispuestas formando un octógono.

La invasión francesa supuso una ruina para la “Casa de Fieras”, muchos animales perecieron y la situación llego a ser deplorable. Fernando VII, en 1830, trasladó las instalaciones a una zona próxima a la actual “Puerta de Sainz de Baranda”, aquellas  se ampliaron y se mejoraron las instalaciones, pasándose a denominar “Gabinete Real de Ciencias Naturales”. El edificio tenía dos plantas; en la inferior estaban las jaulas para los distintos animales: tigres, leones, pantera, dos hienas y un chacal. En la planta superior se dispusieron habitaciones para que descansara la familia real y sus huéspedes; estaba decorado con animales disecados. Asimismo, se construyeron unas jaulas y fosos para otros animales: kiosco de los monos, la elefantera, la osera, etc.

La vida de este zoológico pasó por muchas vicisitudes: gestión del Ayuntamiento (1844); explotación privada por Luis Cabañas (1895); dirección por Cecilio Rodríguez, jardinero mayor del Ayuntamiento (1918); después de la Segunda República y de la Guerra Civil, volvió a ocuparse el anterior, a partir de 1940 y, finalmente, se ocupó Ramón Ortiz desde 1953. La “Casa de Fieras” era tan popular que en algunos días de fiesta se llegaron a contabilizar 200.000 visitantes; en 1967 llegó a tener más de millón y medio. El traslado al “Zoo de la Casa de Campo” se realiza en 1972.

De los que nacimos en la zona o que pasamos nuestra infanciaadolescencia en la misma,  tenemos muchos de recuerdos de aquella “Casa de Fieras”: el elefante “Perico”, los rugidos de los leones y los olores no muy agradables cuando paseábamos por sus alrededores, sobre todo por la calle de Menéndez Pelayo. 

casa de fieras del retiro

Figura 12. La jaula de los osos

En la planta superior del edificio que fue la “Casa de Fieras” estuvo instalada la Junta Municipal de Retiro, durante algunos años, hasta que en el año 2005 se trasladó a la Avenida de la Ciudad de Barcelona, a un edificio, proyectado y contruido, por el arquitecto Rafael de la Hoz-Castanys. Una zona del edificio de la “Casa de Fieras” se ha habilitado como biblioteca municipal. Los espacios que albergaban las jaulas de los animales se han reinterpretado como cubículos de vidrio como salas de estudios con vista al parque

Biblioteca Eugenio Trias

Figura 13. Cubículos de vidrio

En la zona opuesta hay una parte de la biblioteca de nueva construcción en la que destaca la transparencia de sus cerramientos de modo que el parque y la biblioteca se funden en una visión fantástica. La mencionada biblioteca se la conoce como la “Biblioteca Eugenio Trías”, inaugurándose en abril de 2013. La obra ha sido compleja: se proyectó en el año 2004, cambios de proyecto y, finalmente, se tardó en acondicionar y abrir al público por problemas de presupuesto. Los arquitectos han sido: Santiago Araujo y Rafael Nadal. Algunos de los muros estructurales primitivos, de ladrillo visto, se han conservado así como unas cerámicas decorativas, en ambas plantas. 

Entrada Biblioteca Eugenio Trias

Figura 14. Vista de la entrada de la Biblioteca   

El “Reservado de Fernando VII” se incluye en los jardines, por un Decreto de 1868, por el mismo la Corona pierde los derechos sobre los Jardines del Buen Retiro y éstos pasan a depender el Ayuntamiento de Madrid con el nombre de “Parque de Madrid”.

Afortunadamente, todavía podemos ver e incluso imaginarnos como eran los “Caprichos” de los que disfrutaba el rey y su familia y que, hoy en día, están al alcance de todos, aunque algunos hayan desaparecido y otros sean un testimonio de los primitivos.

Fuentes de Investigación y de Información:
ARIZA, CARMEN.  Los Jardines de Madrid en el Siglo XIX. Editorial El Avapiés S.A.
Revista: Pasea por Madrid. (Ed. Digital) nº 5. Enero 2015
Revista: Pasea por Madrid. (Ed. Digital) nº 6. Abril 2015
Revista: Madrid Histórico nº46/07-08/2013
Revista: Gaceta del Buen Retiro (julio 2013)

Índice de Figuras:
Figura 1. Plano del Reservado de Fernando VII
Figura 2. Plano del Retiro 
Figura 3. La “Montaña de los Gatos”, zona en recuperación 
Figura 4. Fachada de la zona de la cúpula
Figura 5. La “Casita del Pescador”
Figura 6. La “Fuente Egipcia”
Figura 7. La “Casa Rústica”
Figura 8. Escena en el “Embarcadero Real”
Figura 9. La “casa de Vacas”
Figura 10. Imagen antigua del “Florida Park”
Figura 11. Obras en el “Florida Park”
Figura 12. Jaula de los osos
Figura 13. Cubículos de vidrio
Figura 14. Vista de la entrada de la Biblioteca

Fuentes de Información de las Figuras:
Figura 1. Pasea por Madrid. (Ed. Digital) nº 6. Abril 2015. Página 105
Figura 2. Pasea por Madrid. (Ed. Digital) nº 5. Enero 2015. Página 64
Figuras: 3, 4, 5, 6, 9, 11, 13, 14: Fotografías del autor 
Figura 7. La “Casa Rústica”. Los Jardines de Madrid en el Siglo XIX. Página 79
Figura 12. Gaceta del Buen Retiro (julio 2013). Página 11