Es posible que al lector del blog
no le suene el referido, Convento de la
Trinidad, pero su emplazamiento, seguro, que lo conoces; estamos hablando de
la manzana de la calle Atocha, plaza de Benavente, Doctor Cortezo. El antiguo teatro
Calderón ocupa parte del primitivo solar del Convento. En la Figura adjunta se
puede ver la parte superior del edificio, sus torres, remate del crucero y de
la fachada entre el apretado caserío del Madrid de la época.
Figura 1. Vista general de las cubiertas del Convento
Es de sobra conocido que a Madrid
se la podía considerar una “ciudad
conventual”, como lo demuestra que en menos de 100 años, desde el reinado
de Felipe II hasta el de Felipe IV se fundaron 48 establecimientos monásticos,
entre monasterios, fuera de las murallas, y conventos, dentro de las mismas;
tanto masculinos como femeninos.
Muchos de ellos se demolieron en
la primera mitad del siglo XIX, entre las reformas urbanas de José Bonaparte y
la Desamortización de Mendizábal. Nuestro caso es un ejemplo más de convento
desaparecido, causado por este último hecho comentado.
El Convento de la Trinidad es interesante, tanto por su historia como
por su arquitectura como veremos, a
continuación. La fecha de su fundación es 1562 pero no se empezó a construir
hasta 1590; según la tradición fue el propio Felipe II quien colaboró en la realización
de sus planos.
La iglesia se construyó bajo la dirección del maestro de obras, Gaspar Ordóñez. Se levantaba sobre
una planta de cruz latina, con crucero, cúpula sobre pechinas y pilastras de
orden corintio. En la fachada principal que daba a la calle de Atocha,
destacaba su portada, siguiendo la
estructura habitual, flanqueada por columnas y rematada por un bajo relieve que
representaba la Santísima Trinidad.
Figura 2. Vista de la portada
Según el plano de Texeira el convento se ve limitado por unas alineaciones
de viviendas, en las calles de Barrio Nuevo, de la Merced, Relatores; excepto
en la calle de Atocha a la que da la fachada principal. Asimismo, se ven,
claramente, el claustro, patios y una zona ajardinada, en la parte trasera.
Figura 3. Plano de Texeira (1656)
La última imagen que tenemos del Convento, antes de la Desamortización, se
puede ver en la Maqueta de Madrid de León Gil de Palacio.
Figura 4. Maqueta de Madrid (1830)
¿Cuáles fueron las circunstancias
que acompañan a la desaparición del
Convento de la Trinidad?
Con motivo de la invasión
napoleónica, el Convento fue
exclaustrado y en él se instaló la denominada “Real Biblioteca Pública” o “Real
Librería Pública”, que fue el antecedente de la “Biblioteca Nacional”, y que estaba situada en el “pasadizo de la
Encarnación” que unía el Alcazar con el Convento de Encarnación.
Posteriormente, Fernando VII
devolvió el Convento a los frailes, pero con la Desamortización de Mendizábal,
en 1836, fue de nuevo exclaustrado y se dedicó a usos muy diversos. Por así
decir, el edificio, en 1838, se dividió en dos partes; en la iglesia se mantuvo
el culto y una parte del Convento se
transformó en la sede de una sociedad lírico-dramática, denominada “Instituto
Español”. En 1847, mientras se celebraban las representaciones teatrales y los
recitales de canto y música, la iglesia se cerró al culto, acondicionándose
como “Sala de Exposiciones de Pinturas de la Real Academia de San Fernando”,
así como Museo Nacional.
Asimismo, se aprovechó dicho espacio
para almacenar la gran cantidad de pinturas y esculturas que fueron exclaustradas de los conventos y monasterios
desamortizados de la provincia de Madrid. La mayoría de las obras de este
improvisado museo se trasladaron, más tarde, al Museo del Prado.
En 1848 se crearon los Departamentos
de Comercio, Industria y Obras Públicas; a los funcionarios se les alojaron,
durante algunos años, entre los ruinosos muros y espacios reformados a toda
prisa. En 1856, los distintos Departamentos se reunieron en el Ministerio de Fomento.
En 1859, el arquitecto Francisco Jareño y Alarcón fue el
encargado de poner orden en aquellas ruinas pero al final se decidió construir
un nuevo edificio que ocupa el actual edificio de la Glorieta de Atocha. Dicho
edificio denominado el “Palacio de
Fomento” se le encargó a Ricardo
Velázquez Bosco y se inauguró en 1897.
Todo el conjunto de edificios se
demolieron en 1897 y se abrió la calle del Doctor Cortezo; se construyeron
nuevos edificios de viviendas y el teatro Odeón, precedente del que fue durante
muchos años el teatro Calderón y, hoy, se le conoce como “Teatro Caser
Calderón”.
Figura 5. Vista del teatro, esquina de la c/Atocha y c/Doctor Cortezo.
Sólo queda en pie la Capilla del Ave María, que podemos ver
en la calle de Doctor Cortezo, al lado del cine Ideal y que hoy es un “Comedor
de Caridad”.
Figura 6. Vista de la antigua Capilla del Ave María
Como indicamos al principio, el Convento de la Trinidad es un ejemplo
interesante, tanto por la calidad de sus edificaciones como por los hechos que se sucedieron a lo largo de su
historia. Tuvo una gran importancia como lugar de almacenamiento de las obras artísticas que se exclaustraron de la
gran cantidad de monasterios y conventos desamortizados de la provincia de
Madrid.
Fuentes de
Información:
ARBEX, JUAN CARLOS. El Palacio de Fomento. Ministerio de
Agricultura Pesca y Alimentación. Mayo 1998
PONZ, ANTONIO. Viaje de España.
1773
Fuente de información de las imágenes
Figura 1: ARBEX, JUAN
CARLOS. El Palacio de Fomento. Ministerio
de Agricultura Pesca y Alimentación. Mayo 1998. (Página 15)
Figura 2: Madrid histórico
Figura 3: Plano de Texeira
Figura 4: Maqueta de Madrid
Figuras 5 y 6: Fotografías del
autor
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