Siempre
nos llamó la atención la Cerca de Felipe
IV, levantada en 1625, conocer cuáles eras sus objetivos, si ya no había
guerra, y el porqué de la existencia de
ese recinto amurallado. Asimismo, nos causa gran interés los restos de la misma que se conservan y ha
sido consolidados en la Ronda de Segovia.
El objetivo de este post es encontrar la respuesta a estas cuestiones, todo
ello enmarcado en las distintas fortificaciones que se levantaron en Madrid.
Conviene
distinguir entre “muralla” y “cerca”. La “muralla” tiene un fin defensivo por lo que se levantan y
mantienen, en la época, que hay conflictos bélicos. Por el contrario las “cercas son más modernas” y servían
para el control de la población,
como medidas sanitarias y, sobre
todo, para la recaudación de impuestos.
En ambos casos había unos elementos interesantes de los cuales nos han quedado
restos, rastros y huellas, nos referimos a las puertas y postigos. Muchas de las puertas al derribarse por el paso
del tiempo han dado lugar a plazas cuyos nombres recuerdan a los originales:
Puerta Cerrada, Puerta de Moros, La Cruz Verde, etc.
Primeras fortificaciones
Sabemos
que el origen de Madrid corresponde a una fundación islámica; su fortificación
se realiza en los últimos años del emirato de Muhamed I (852-886), era hijo de
Abderraman II e hizo una reestructuración administrativa y militar del estado
Omeya de Córdoba.
El primer recinto
comprendía la llamada “colina del palacio” donde se encontraba la fortaleza y
la medina con sus murallas y sus puertas. Se conservan los cimientos y un
lienzo de la muralla en la Cuesta de la Vega; su aparejo está compuesto de dos
paramentos exteriores y un núcleo de mampostería trabada con argamasa de cal.
Figura
1. Restos de la muralla musulmana (Cuesta de la Vega)
Aprovechando el marco
del “Plan E” (2009-2010) se propuso poner en valor el entorno próximo a la
muralla. Se redactó un proyecto en el que sus objetivos principales eran: potenciar su vocación de mirador
sobre el resto del parque y las murallas; asimismo, el espacio debía
recrear un jardín cuya idea recordara a un jardín
hispano árabe y que tanta importancia ha tenido en nuestra historia de la jardinería. Algunas
de las especies más significativas
de este jardín son: los olivos, magnolios, almez, romero, jazmín, laurel y
madroño.
La segunda muralla corresponde al período cristiano, después de la
conquista de Madrid por Alfonso VI hacia 1083. Partía de la muralla islámica y
llegaba hasta la iglesia de San Andrés, la Cava Baja, Puerta Cerrada,
Cuchilleros, etc. y llegaba hasta la plaza de Ópera y el Palacio. Tuvo cuatro puertas: de Moros, Puerta
Cerrada, Guadalajara y Banaldú.
J. Oliver Asín, en
1950, encontró parte de la muralla junto al Viaducto. Cuatro años después fue
declarada Monumento Nacional y,
posteriormente, comenzaron distintas campañas de excavación y se fueron localizando
otros restos de la muralla cristiana en varios edificios y plazas: Bailén,
Angosta de Mancebos, Don Pedro, Cava Baja, Almendro, etc.
Figura
2. Planta de fortificaciones y recintos amurallados de Madrid
Restos de esta muralla cristiana se han encontrado,
hace pocos años, al demoler un edificio en la calle de la Escalinata, al lado de la Plaza de Isabel II. Dichos
restos se aprecian, en la foto adjunta, formando parte del edificio que ha
quedado al aire.
Figura
3. Restos de la muralla cristiana (Calle de la Escalinata, 21)
Estas primeras fortificaciones las podemos
considerar “murallas” ya que tenían un fin
defensivo. A partir del siglo XII se fundaron fuera de la muralla
cristiana, monasterios y ermitas, a ambos lados de los caminos de salida de la
ciudad lo que dio lugar a la formación de varios arrabales. Se calcula que
abarcaba unas 70 ha.
A partir del siglo XV
se consideraba que ya no habría más guerras, la ciudad estaba consolidada y no
había riesgos de invasores. En el año
1438, en el reinado de Juan II se
construye la Cerca del Arrabal por
una epidemia de peste en la ciudad. Juan II y su hijo Enrique IV, padre y
hermanastro, respectivamente, de Isabel de Castilla pasaban temporadas en
Madrid, cazando en la zona del Pardo.
El término
arrabal (del árabe hispánico arrabáḍ, y este del árabe clásico rabaḍ) es
una agrupación orgánica (sin
planeamiento urbanístico previo) de viviendas y comercios, normalmente asociado a clases bajas. El término se
aplica normalmente para definir los
crecimientos descontrolados que tuvieron lugar en las ciudades europeas
durante la Edad Media. Cuando el
territorio encerrado por las murallas comenzaba a escasear surgían viviendas en
torno a las puertas, los caminos principales que partían de los núcleos de
población y en torno a los nuevos monasterios que se fundaban fuera de las
murallas. Posteriormente se hacía necesaria la construcción de una nueva
muralla, más amplia, y los arrabales quedaban incluidos en la ciudad como un
barrio.
Según algunos autores,
algunos de los arrabales ya contaban con su propia cerca y lo que se hizo fue
unirlos. Tenía ocho puertas y postigos:
Puerta de Santo Domingo, Postigo de San Martín, Puerta del Sol, 1ª Puerta de
Atocha (situada en la Plaza de Jacinto Benavente), Postigo de San Millán,
Puerta de la Latina, Puerta de Moros y Puerta de la Vega; muchos de estos
nombres se conservan hoy en día.
La Cerca de
Felipe II
Hacia
1561, Felipe II toma la decisión de
trasladar la capitalidad de Toledo a
la ciudad de Madrid. Esta idea,
parece ser, que ya se la había comentado su padre, el emperador Carlos I, que
le hizo el encargo de mejorar el Alcázar
ya que no reunía buenas condiciones de habitabilidad para la Corte. Madrid, en
ese momento, era una villa de unos 15.000 habitantes. Con este traslado, el rey
conseguía mejorar varios aspectos de
los que carecía Toledo: posibilidad
de crecimiento, agua en abundancia, aire más sano, buenas zonas de caza, espeso arbolado y vegetación y, además, estaba
alejado del arzobispo de Toledo.
La ciudad, en el
momento, que empezó a ser sede de la
Corte empezó a crecer de una
manera exponencial; no hay que olvidar que Felipe II era el monarca más
poderoso del mundo. Unos años después, en 1566, Felipe II mandó construir una nueva Cerca, sin torres y
almenas, ya que no tenía fin defensivo como las murallas anteriores y su
objetivo principal era el control fiscal
y sanitario. Se ejecutó con mampostería y abarcaba una extensión de 125 ha.
La nueva Cerca tuvo siete puertas: Vega,
Segovia, Toledo, Antón Martín, Sol, Red de San Luis, Santo Domingo y el Postigo
de San Martín; casi todas ellas nos han llegado hasta nuestros días. En la
Figura 4 se puede ver un esquema de la citada Cerca.
Figura
4. Esquema de la Cerca de Felipe II
La Cerca de Felipe IV
En 1621, Felipe III muere en el Alcázar y su hijo, Felipe IV, fue coronado
rey con 17 años. Durante este reinado la
población aumentó un 200% con respecto a la de su abuelo, Felipe II, por lo
que fue necesario ampliar los límites de Madrid.
Entre las
obras más importantes que se
ejecutaron en la ciudad fueron la Cerca y el
Palacio del Buen Retiro tenemos:
el Palacio del Buen Retiro de Madrid fue un
conjunto arquitectónico de grandes dimensiones diseñado por el arquitecto Alonso Carbonel, construido en tres años (1630-1633) por orden de Felipe
IV, según el consejo de su valido el
Conde Duque de Olivares, como segunda residencia y lugar de recreo (de ahí
su nombre). Se edificó en lo que entonces era el límite oriental de la
ciudad. Hoy en día se conoce por los escasos
vestigios que nos quedan: Salón de
Reinos, anterior Museo del Ejército y el Salón de Baile, Casón del Buen Retiro y por sus jardines, que hoy
conforman el Parque del Retiro.
Figura 5. Palacio del Buen Retiro (Jusepe Leonardo)
La Real Cerca de Felipe IV fue
obra del arquitecto Juan Gómez
de Mora, arquitecto mayor del rey y
del ayuntamiento. Sustituyó a las anteriores cercas de Felipe II y del Arrabal permitiendo el crecimiento de la
población.
La
mencionada Cerca provocó varios
efectos en el desarrollo urbano: impidió la expansión horizontal de Madrid
hasta bien entrado el siglo XIX, hacinando su población durante más de 200
años. Cuando fue demolida, pudieron
acometerse los primeros ensanches, favoreciendo un cierto crecimiento vertical,
dando lugar a las corralas, viviendas dispuestas en varias alturas y
organizadas en corredera, alrededor de un gran patio común.
Para acoger a la nueva
población y a las edificaciones que se construyeron se construye la nueva Cerca
con fines fiscales, sanitarios y de
seguridad. Asimismo, se controla el acceso de las mercancías y víveres y se
asegura el cobro de impuestos y vigilancia de quien entraba y salía. Para poder
levantarla se aplicó una sisa de vino (sisa es un tipo de
tributo que se paga por razón de las cosas vendidas o mantenimiento que constan
de peso y medidas; se deriva del verbo hebreo sisah, que significa “quitar” o “sustraer”. En 1626 se estableció
una sisa de vino del 6,60%.
La idea de la nueva Cerca parte en 1614, de Gómez de
Mora, marcando sus límites en 1617; su trazado
se adaptó a la configuración del terreno, lo que hizo que fuera irregular, se ejecutó por tramos o sectores separados, que
debían ser realizados por maestros
arquitectos. En cada uno de ellos se colocó una puerta o un portillo que
tenía menos importancia. La denominación de los mismos se puede ver en el plano
adjunto (Figura 6). Las puertas estaban abiertas hasta las 10,00 horas en
invierno y hasta las 11,00 en verano. Pasado este tiempo un retén permitía el
paso.
Figura 6. Esquema de la Cerca de Felipe IV
Pedro de Ribera había realizado una puerta, a
instancias del Marqués de Vadillo, construida en 1727 y demolida en 1770 cuando
se hizo una remodelación del Paseo de San Vicente. Esta puerta fue sustituida por otra que destacaba por su arquitectura,
ejecutada por Sabatini en 1775
(Figura 7), encargada por Carlos III.
Figura 7. Puerta de San Vicente (Francisco Sabitini)
Para la construcción
de la Cerca se empleó ladrillo, argamasa y tierra. Abarcaba una superficie de
500 ha., contando con las 150 que ocupaban el Parque y el Palacio del Buen
Retiro y tenía una longitud de 13 km. En 1650 abarcaba la Montaña del Príncipe
Pío, Buen Retiro y la Ermita de Atocha.
Se emplea un sistema
constructivo de tres o cuatro pies de espesor con tres o más hiladas de cajones
de grandes mampuestos de pedernal entre verdugadas de ladrillo, trabadas a
intervalos de dos metros por encadenados verticales del mismo material. Este
aparejo se denomina a “la toledana”, que procede de construcciones mudéjares.
Es una tipología muy habitual en Madrid que se ejecuta durante los siglos XV,
XVII y XVIII.
Las salidas de Madrid estaban indicadas por
cinco puertas reales o de registro
en las que se pagaban los impuestos: Segovia, Toledo, Atocha, Alcalá y Bilbao
(o de los Pozos de Nieve) y catorce portillos de menor importancia.
Esta Cerca se mantuvo en pie casi dos siglos
limitando el crecimiento de Madrid. Se derribó en 1868 durante la Revolución
Gloriosa por ser considerada un símbolo isabelino. Como la población se fue
incrementando hasta los 100.000 habitantes de finales del siglo XVII, las
numerosas huertas y jardines interiores fueron desapareciendo para convertirse
en edificaciones. En la Figura 8 se puede ver el límite aproximado de la Cerca,
se indican los edificios más notables: iglesias, conventos, palacios y edificios civiles.
Figura 8. Límite de la Cerca con los edificios más
notables
Los restos de la Cerca
de Felipe IV
Los únicos restos de la Cerca que se conservan son los siguientes:
- El tramo consolidado en la Ronda de Segovia, semiesquina a la Puerta de Toledo, al cual nos referiremos, de manera detallada, más adelante.
- Un tramo formando parte de un muro de contención, en el Parque de la Cornisa, detrás de San Francisco el Grande y que formaba parte de la Casa de Gil Imón y, del que se derrumbó una zona importante.
- En el aparcamiento de la calle de Serrano y durante la excavación del mismo (2009) frente a la verja del Museo Arqueológico, se encontró un lienzo de ladrillo cocido y mampostería de caliza y pedernal de unos 12,00 metros de longitud por 1,50 metros de anchura y unos 2,00 metros de altura que los especialistas han considerado como parte de la Cerca de Felipe IV. La Dirección General de Patrimonio de la Comunidad de Madrid ha dictado una resolución por la que obliga al Ayuntamiento a: “proteger, conservar y salvaguardar la integridad de los restos encontrados”. Como dice el historiador Francisco Marín Perellón se trata de un: ”documento arqueológico excepcional”. Además, se ha encontrado un Viaje de Agua que procedía del ramal principal del Viaje del Abroñigal Alto y que se construyó a comienzos del siglo XVIII. Este hallazgo supone un problema en la ejecución del aparcamiento de la citada calle.
- El Ayuntamiento propuso desmontar algunos metros de la Cerca y montarlos en la superficie de la Plaza de Colón o en otra plaza. No se tienen noticias de si se ha conservado o derribado.
Los restos
consolidados de la Cerca de Felipe IV
Como ya hemos indicado anteriormente, en la Ronda de Segovia, semiesquina a
la Puerta de Toledo, y al lado del Parque de Bomberos se conservan unos restos consolidados de la mencionada Cerca. Los restos primitivos eran fruto
de una restauración del siglo XVIII, llevada a cabo por el arquitecto Juan
Pedro Arnal que se ajusta al modelo que
impuso el Concejo. Este tratamiento que se le han dado a los restos nos ayuda a
entender, al menos, el tamaño original de la misma, coordinando tres tipos de
materiales: ladrillo, mampostería y
hormigón visto en color blanco.
Figura 9: Restos de la Cerca. Vista de conjunto
Estos restos tienen
una forma de L, hacia el interior y unas dimensiones de unos 7,00 metros
aproximadamente. La base inferior es de mampostería y tiene una altura de 1,60
metros, desde el punto más bajo, y una
anchura de 0,90 metros, aproximadamente. La altura total es de 5,60 metros y el
muro tiene una anchura media de unos 0,70 metros.
El lienzo es de
ladrillo visto, de color rojo, con aparejo a la toledana a base de hiladas de ladrillo y mampostería.
Se corona y refuerza con una estructura de hormigón visto, en color blanco,
ejecutado mediante cajones, delimitados por berenjenos.
En la cara que da a la
calle de Segovia se distinguen varios remates de distintos ladrillos e incluso
algunos de ellos están encalados, incluso, se ve una pequeña hornacina remate
con un arco apuntado y en la otra hay restos de una conducción de barro
vidriado. En ambas caras se distinguen los mechinales.
Figura 10: Restos de la Cerca. Vista desde la Ronda de
Segovia
En la parte interior,
en el vértice de la L, hay una zona delimitada por una valla metálica y en la
parte superior hay un plano rotulado, indicando la situación de este tramo de
la Cerca.
El encuentro del
hormigón con la parte original de la Cerca se realiza, por ambas caras, de una
manera escalonada.
Figura 11: Restos de la Cerca. Detalle
El gobierno autonómico
era consciente del valor arqueológico, histórico y monumental de los sucesivos
cerramientos madrileños por lo que se declaró
Bien de Interés Cultural en la
categoría de Conjunto Histórico los
recintos de la Villa de Madrid (murallas, cerca de Felipe IV y ensanche)
mediante el Decreto 41/1995, publicado en el Boletín Oficial de la Comunidad de Madrid de 22 de mayo de 1995.
Tanto según lo
comentado en el texto ayudado con las figuras, hemos dado respuesta a las
cuestiones que hemos comentado, al principio; de manera que conocemos las
circunstancias que rodearon la construcción de la Cerca de Felipe IV así como los antecedentes anteriores.
Fuentes de Información:
AAVV Servicio Histórico del COAM. Arquitectura
de Madrid. Casco Histórico. Fundación COAM. 2003
GEA, Mª ISABEL. El Madrid Desaparecido. Ediciones La Librería. 2003
PATÓN, VICENTE. La Real Cerca de
Felipe IV y su presencia actual. La silueta del corazón urbano. Ilustración
de Madrid. Nº 16. Verano 2010.
RAMOS, ROSALÍA y REVILLA, FIDEL. Breve Historia de Madrid. Ediciones La
Librería. 2012
Fuentes de Información
de la Imágenes:
Figuras 1, 3, 9, 10 y 11: Fotos del Autor
Figura 2: Arquitectura de
Madrid. Casco Histórico. (Página 17)PUBLICACION COAM
Figura 4: Esquema de la Cerca de Felipe II. El
Madrid Desaparecido.
Isabel Gea. (Pág. 74)
Figura 6: Esquema de la Cerca de Felipe IV. El
Madrid Desaparecido.
Isabel Gea. (Pág. 75)
Figura 7: Puerta de San Vicente (Francisco Sabatini) www.viendomadrid.com/2011/06/puerta-de-san-vicente.html
Figura 8: Límite de la Cerca de Felipe IV con los edificios más notables. Atlas Histórico de Madrid .Lunwerg
editores. Madrid 1995
Índice de Figuras:
Figura 1: Restos de la muralla musulmana (Cuesta de la Vega)
Figura 2: Plantas de fortificaciones y recintos amurallados
Figura 3: Restos de la muralla cristiana (c/Escalinata, 21)
Figura 4: Esquema de la Cerca de Felipe II.
Figura 5: Palacio del Buen Retiro (Jusepe Leonardo)
Figura 6: Esquema de la Cerca de Felipe IV.
Figura 7: Puerta de San Vicente (Francisco Sabatini).
Figura 8: Límite de la Cerca de Felipe IV con los edificios más notables.
Figura 9: Restos de la Cerca. Vista de conjunto
Figura 10: Restos de la Cerca. Vista desde la Ronda de Segovia
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