lunes, 15 de septiembre de 2014

EL MADRID DE PEDRO DE RIBERA. I

Como en otras ocasiones, este post es un homenaje a un personaje poco conocido. Este caso se lo vamos a dedicar a Pedro Domingo de Ribera, un arquitecto barroco del que no hay mucha bibliografía; su obra en Madrid es bastante amplia pero no demasiado conocida. Debido a la extensión del tema le dedicaremos dos Capítulos. Para la preparación del mismo hemos trabajado, sobre todo, el libro de Matilde Verdú Ruiz, El arquitecto Pedro de Ribera (1681-1742,) que fue su tesis doctoral. Al lector que quiera profundizar en el conocimiento de Ribera se lo recomiendo.

Capítulo I
En este Capítulo trataremos sobre los primeros planteamientos de la época, su nacimiento, biografía, formación, primeros trabajos y de sus obras relacionadas con la arquitectura religiosa.

El Momento Histórico
Conviene que nos situemos en la época que vivió Pedro de Ribera (1681-1742). Vivió casi 20 años de sus 61, durante reinado de Carlos II, el último de los Austrias. Asimismo, vivió durante 42 años del reinado de Felipe V (1700-1746), el primer Borbón.

El reinado de Felipe IV, padre de Carlos II, supuso una etapa de continuas guerras, tanto en el exterior como en el interior y se produjeron unas consecuencias fatales para el país. La situación económica del país era bastante catastrófica, debido a una gran cantidad de factores: excesivos gastos de la Corte, escaso capital privado, descenso demográfico, aumento del clero y de las clases privilegiadas, etc. Esta situación se prolonga durante el reinado de su sucesor, Carlos II.

La sucesión supone un cambio de dinastía, los Borbones, sube al trono Felipe V, nieto de Luis XIV. Esta nueva dinastía hace que el siglo XVIII, sea un siglo reformista y con la intención de reparar la decadencia anterior.

El Madrid de la Época
Durante los últimos Austrias se construyeron una serie de edificios notables en la ciudad de Madrid; entre ellos destaca la Plaza Mayor, el Edificio del Ayuntamiento (Plaza de la Villa) y la antigua Cárcel de Corte (Palacio de Santa Cruz), actual Ministerio de Asuntos Exteriores, cuyos proyectos se deben a Juan Gómez de Mora.


El madrid de Pedro de Ribera

Figura 1. Palacio de Santa Cruz

Asimismo, se construyeron bastantes conventos, entre ellos tenemos: las Trinitarias, las “Góngoras”, las “Alarconas”, las Comendadoras de Santiago (arquitectos: Manuel y José del Olmo, Francisco Moradillo y Sabatini).  

Convento de Comendadoras

Figura 2. Convento de las Comendadoras

Al final del reinado de Felipe V, la ciudad de Madrid estaba muy lejos, si se compara con otras capitales europeas pero el panorama, con respecto a la anterior dinastía, había cambiado sensiblemente. Estos cambios no sólo afectaron a lo político y social sino también en lo estético, arquitectónico y urbanístico.

La Corte de los Borbones se dio cuenta de lo inapropiado de Madrid como capital de la citada dinastía, ya que la Villa y Corte carecía de la suntuosidad que los mencionados reyes buscaban para la grandeza de su Corte.

Pedro de Ribera: Nacimiento y Formación
A Pedro de Ribera le podemos considerar un “castizo” ya que toda su vida ha vivido en el barrio de Lavapiés. Nace en la calle del Oso y vive en una casa que él mismo construyó, al principio, de la calle de Embajadores (Figura 3); en su fachada hay una placa conmemorativa.


El Madrid de Pedro Ribera

Figura 3. Edificio en la calle de Embajadores

Murió en una casa, al lado, de la calle del Oso y fue enterrado en la iglesia de San Cayetano (Figura 4) en la que él mismo había intervenido y a la cual estaba muy vinculada, por diversas razones,  como ya veremos más adelante.


el madrid de Pedro de Ribera

Figura 4. Iglesia de San Cayetano

Se puede considerar que su formación es autodidacta. No existía ninguna institución académica, donde se pudiera adquirir formación en el campo de la arquitectura ya que hasta 1744 no se funda la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando; el propio Ribera abogaba por su creación para la formación de los arquitectos. En esta materia la organización era gremial, por lo tanto, los que sentían inclinación e interés por ello debían esforzarse y trabajar duramente.

Fue discípulo de los arquitectos más relevantes de la época: Felipe Sánchez, José de Churriguera y Teodoro Ardemans que era Maestro Mayor de las Obras y Fuentes de Madrid, sucediéndole en este cargo hasta su muerte. Estos arquitectos y, sobre todo, Ardemans tenían una gran biblioteca, le debieron prestar libros y documentos para ayudar en su aprendizaje. Asimismo, haría uso de la Biblioteca Real, abierta al público en 1712.    

Su Biografía
Ya hemos visto que la vida de Pedro Domingo de Ribera transcurre en Madrid. Nace el 4 de agosto de 1681, en la citada calle del Oso. Sus padres eran Juan Félix de Ribera y Josefa Pérez, tuvieron cinco hijos: dos hombres y tres mujeres.

Pedro Domingo se casó tres veces, la primera a los veinte años con Juana Verdugo (1702). Ésta falleció en 1709 y a los dos años después de enviudar se casó de nuevo con Juana Úrsula Voiturier (1711). Durante los años que duraron estos dos matrimonios, pasó estrecheces económicas. Tuvo varios hijos: uno del primer matrimonio y otros dos del segundo; estos tres ingresaron como frailes en San Cayetano. Además, tuvo dos hijas que no superaron la infancia. Su segunda mujer murió en 1724 (9 de junio) y el 28 de diciembre del mismo año se casó con Francisca Vallejo, de este matrimonio tuvo cuatro hijos.

Ribera murió en octubre de 1742, a la edad de 61 años. Fue enterrado en una de las capillas de San Cayetano, iglesia situada en la calle que nació y vivió toda su vida.

Primeros Trabajos
Los primeros pasos en el campo de la arquitectura, los debió aprender de su padre, Juan Félix, que era “maestro puertaventanero”, “maestro ensambalador” y “maestro arquitecto”. En 1696, cuando Pedro tenía 15 años su padre presentó un dibujo para la custodia de la iglesia de la Enfermería de la Venerable Orden Tercera de Madrid (VOT); este hecho le debió influir. Además la familia Ribera participó, dirigida por Ardemans (1711) en el túmulo promocionado por Felipe V en honor de su padre, el Gran  Delfín de Francia y en la renovación de los ornamentos de madera del Gran Salón del Alcázar madrileño. 

Sabemos que en 1714 ejercía el cargo de alarife (arquitecto o maestro de obras) del Ayuntamiento de Madrid; Ribera tenía 34 años. Sus funciones eran las siguientes: control del cumplimiento de las normas municipales relacionadas con el ornato, decoro y policía urbana, asistir y controlar la extinción de incendios y declaración de las obras municipales de poca entidad. Unos años después, con 45 años, consiguió el mayor cargo municipal Maestro Mayor de Obras y Fuentes de la Villa y de sus Viajes de Agua.

Ribera con José de Churriguera y Teodoro Ardemans; son los arquitectos que forman el grupo denominado el Barroco Castizo. Este término se utilizó, durante mucho tiempo, de forma peyorativa; hace referencia a la arquitectura barroca realizada por estos arquitectos cuando ya estaba llegando una corriente clasicista, que venía de Italia y Francia.

Cuando Ribera consigue el título de Alarife de la Villa que le permite cobrar un sueldo fijo y desarrollar la profesión de arquitecto, el rey Felipe V apoya una renovación de la arquitectura madrileña, sienta las bases para una modernización de la ciudad de Madrid.  A partir de este hecho se realizan las obras de mayor interés, apoyado por el Corregidor de la Villa, Francisco de Salcedo y Aguirre, el marqués de Vadillo; este nombramiento se le había concedido el mismo rey. Entre el marqués y Ribera surgió una buena amistad hasta la muerte del primero (1729). Éste le encomendó obras arquitectónicas y urbanísticas que, como veremos más adelante, fueron trascendentales para Madrid, encaminadas para su mejora y embellecimiento. 

Arquitectura Religiosa
Vamos a tratar las obras de su arquitectura religiosa, la mayoría las ejecutó en Madrid.
Aunque realizó algunas obras en otros puntos de la geografía española: “Entibación de la torre de la Catedral Nueva de Salamanca”, “Fachada conventual de San Antonio de Ávila” y la “Portada del claustro del Monasterio de Uclés” en Cuenca.

Una de las obras más interesantes de Ribera es la Ermita de la Virgen del Puerto (1716-18), en el Paseo del mismo nombre. Fue un encargo, realizado directamente, por el marqués de Vadillo que tenía mucha devoción a una imagen de la Virgen, en Plasencia, que tenía el mismo nombre. Además de la Ermita se realiza el Paseo que, vino a ocupar la zona denominada “la Tela” y el parque del Antiguo Alcázar, con los aires renovadores de los Borbones. Transformó la zona en un bonito Paseo entre el Puente Segovia y el Camino del Pardo. En la Ermita introdujo un lenguaje arquitectónico novedoso que la convierte en un caso único. Llama la atención la portada del edificio a base de baquetones de sección asimétrica que la enmarcan. El módulo de fachada formado por una balconada superior y la puerta, Ribera lo repite frecuentemente. Sacó partido a la cúpula y utilizó como remate un chapitel herreriano. En la Figura adjunta se puede ver una imagen desfigurada de la ermita por los elementos añadidos.


El Madrid de Pedro de Ribera

Figura 5. Imagen antigua de la Ermita

La Ermita presenta, actualmente, un aspecto muy interesante; es un elemento aislado y muy bien tratado. Se puede contemplar todo su volumen, es el resultado de la obra que se ha llevado por el “Madrid Río”; anteriormente era un edificio casi invisible por la vegetación y no se podía contemplar su imagen.

El Madrid de Pedro Ribera

Figura 6. Vista de la Ermita de la Virgen del Puerto

En 1646 llegó a Madrid un grupo de monjes benedictinos del Monasterio de Montserrat (Barcelona) que se habían mantenido leales al rey. Se les permitió instalarse en Madrid y las trazas del nuevo convento y de la iglesia de Nuestra Señora de Montserrat (1720) las realiza el maestro mayor de Obras Reales Sebastián Herrera Barnuevo.

La aportación más importante de Ribera se refiere a las torres. La primera torre que se empezó a construir es la que no se llegó a terminar, no sabemos las razones,  y era la que miraba a la Puerta de Fuencarral. Sin embargo, fue la otra torre de campanas la que se construyó con sillería de las canteras de Guadarrama. La mencionada torre es una novedad en el arte español; su chapitel en forma de bulbo afianzó en España un esquema de origen nórdico, muy extendido en el barroco europeo.

El Madrid de Pedro de Ribera

Figura 7. Torre de la iglesia de Montserrat

La silueta de la torre es una de las composiciones más exóticas y atrevidas de la ciudad. Recordemos lo que decía Chueca Goitia de la citada torre: la primera invención de todo el barroco madrileño.

Por mediación de Felipe II, los carmelitas descalzos obtuvieron licencia para fundar un convento en 1586. A mediados del siglo XVII el recinto conventual ocupaba una enorme una zona limitada por las calles de Alcalá, Barquillo y Marqués de Valdeiglesias.  En 1730 el convento y la iglesia de San Hermenegildo fueron edificados por Pedro Ribera.  De todo este conjunto lo único que queda es la actual iglesia de San José.

Es una iglesia barroca, sobre planta de cruz latina con una nave central y dos laterales. El escultor Roberto Michel realizó la imagen del Nuestra Señora del Carmen que se encuentra en el nicho central. Pedro de Ribera diseñó la fachada barroca. En 1912, la fachada fue remodelada, alargándose la misma a ambos lados para adaptarse al edificio colindante.
 

el Madrid de Pedro Ribera

Figura 8. Fachada de la iglesia de San José

Las Escuelas Pías de San Antón se fundan a finales del siglo XVIII en la calle de Hortaleza, de la Orden de los Escolapios. Lo más significativo era la iglesia, anexa al hospital, realizado por Pedro de Ribera en 1740. El hospital fue objeto de una reforma llamada a cabo por el arquitecto Francisco de Rivas para ello se despojó de la típica decoración de Ribera.

La actual iglesia de San Cayetano tiene su origen en la desaparecida iglesia del Convento de Nuestra Señora del Favor. La iglesia empieza a construirse en el año 1669 por el arquitecto Marcos López. Las obras son continuadas por Churriguera y Pedro de Ribera. El templo no se terminó hasta 1761, a cargo del arquitecto Francisco Moradillo.  La fachada fue construida en granito, a base de ocho robustas pilastras rematadas con capiteles de orden compuesto. Las pilastras de los dos extremos encuadran las dos torres, inacabadas,  y entre las cuatro del centro se disponen tres arcos de acceso de medio punto. Sobre estos se colocaron en hornacinas las esculturas de San Cayetano, de Nuestra Señora del Favor y de San Andrés Avelino, realizadas en piedra por Pedro Alonso de los Ríos. La planta es de cruz griega, constando de tres  naves y cuatro capillas cerradas con sus correspondientes cúpulas, más una gran cúpula central de tambor sobre pechinas.


El Madrid de Pedro de Ribera

Figura 9. Imágenes en la parte superior de la iglesia de San Cayetano

En 1869 se produce el traslado de la derribada parroquia de “San Millán Abad”, situada en la Plaza de la Cebada, de esta manera se funda la iglesia parroquial de San Millán y San Cayetano. En 1836 y, debido a la Desamortización de Mendizábal, el Convento se convierte en viviendas quedando la iglesia destinada a servicios religiosos. 

El 19 de julio de 1936, cuando la sublevación de Madrid, se incendió la iglesia con latas de gasolina, sólo quedó la fachada, gracias a los trabajos de mantenimiento del  arquitecto Fernando Chueca Goitia y de otros compañeros que se dedicaron a hacer este tipo de trabajos. El interior perdió la totalidad de las obras de arte, incluyendo el retablo mayor; actualmente lo que se puede ver son copias de cuadros del Museo del Prado.

En 1960 una Comisión de eclesiásticos y laicos que, entre otros, estaba la duquesa de Alba, aprueba la reconstrucción del templo, reabierto al culto el 6 de agosto de 1962. En 1980 el templo se declara Bien de Interés Cultural con la categoría de Monumento Histórico Artístico Nacional.


Aunque Ribera no participó mucho en la edificación de San Cayetano, sin embargo, considero que estaba muy vinculada a la misma. Está situada enfrente de las casas que fueron de su propiedad y en las cuales, él vivió mucho tiempo. Además, Ribera fue enterrado en una de las capillas señalado con una sencilla lápida y tres de sus hijos tomaron el hábito de San Cayetano. 


Fuentes de Información:
Verdú Ruiz, Matilde, El arquitecto Pedro de Ribera (1681-1742). Instituto de Estudios Madrileños. Madrid, 1998.
Historia de la Arquitectura Española. Tomo 4. Arquitectura barroca de los siglos XVII de los Borbones y neoclásica. (Págs. 1375-1378)
(Leído el 09/08/2014)
(Leído el 09/08/2014)
(Leído el 09/08/2014)

Fuente de información de las imágenes
Figura 1, 2, 3, 4, 6, 7, 8, 9: Fotografias del Autor .
Figura 5: Laguna, José María. 1718. Fotohis

Índice de Figuras
Figura 1. Palacio de Santa Cruz
Figura 2. Convento de las Comendadoras
Figura 3. Edificio en la calle de Embajadores
Figura 4. Iglesia de San Cayetano
Figura 5. Imagen antigua de la ermita
Figura 6. Vista de la ermita de la Virgen del Puerto
Figura 7. Torre de la iglesia de Monserrat
Figura 8. Fachada de la iglesia de San José
Figura 9. Imágenes en la parte superior de la iglesia de San Cayetano